¿Por qué si el presidente Danilo Medina se abandera a la transparencia la Dirección de Presupuesto incumple con la publicación de la ejecución del gasto público?
¿Por qué si el gobernante prometió que en su gestión impondría su partitura algunos funcionarios no solo tocan desafinado, sino que cargan sobre sus hombros los viejos instrumentos de la ineficiencia y los negocios personales?
¿Por qué si la seguridad pública es fundamental en la agenda del gobierno el presidente lanza un plan sin ponerle números presupuestarios? ¿Por qué no decir cuánto costará esa iniciativa para que sea creíble?
¿Por qué si la Dirección de Aduanas había suprimido el doré en sus códigos para comercio exterior autorizó la última exportación de Barrick Gold con ese registro? ¿Fue un bulto aquella paralización? ¿Fue una novatada aduanal exigir separación de metales sin que en el país existan las tecnologías para esos fines? ¿Fue presión?
¿Por qué se quiere llevar a cabo un pacto eléctrico solo por el lado de la generación obviando otros temas capitales, como el robo de energía, las pérdidas en las deterioradas redes y la gran cantidad de consumidores que carecen de medidores?
¿Por qué si el presidente Medina había prometido que destituiría a funcionarios señalados como corruptos, tan solo con el rumor público, mantiene en sus puestos a gente que se sirve con la cuchara grande y sobre las cuales programas de investigación periodística han evidenciado faltas graves?
¿Por qué razón fue destituido, de manera inesperada y sorpresiva, el anterior administador de Edesur Dominicana, Hipólito Núñez, si se le considera un buen técnico, quizás el de más pericia entre todos los que integran hoy el liderazgo eléctrico?
¿Por qué casi nadie –con honrosas, pero pocas excepciones- hizo su declaración jurada de bienes al terminar la función pública como manda la ley? ¿Por qué no se han subastado las yipetas de alto cilindraje en el marco de la austeridad que prometió el gobierno?
