La tierra de Bienvenida Ricardo, primera mujer del dictador Trujillo, por el cual el centro social de Montecristi le fue negado para celebrar su boda y donde el dictador al salir de allí dijo “Me llevó la mejor mujer de la sociedad y ustedes van a sentir el desplante que me han hecho”.
Nunca hizo nada por la tierra del Monte de Cristo. Conocida también por Isabel Mayer por ser la esposa del padre de Manolo Tavares Justo de la cual se tejen muchas historias sin ninguna veracidad.
Es una ciudad limpia, en donde la gente se levanta a la hora que le da la gana. Usted camina a las 9 de la mañana y no encuentra a nadie en la calle, difícilmente encuentra una señora vendiendo café, el desayuno se hace imposible hasta esta hora.
El hotel sin luz ni agua y a pesar de estas cosas la gente es agradable, simpática, atenta. La comida es rica en sus manifestaciones de mar y en su famoso “Chivo Liniero”, la gente vive de frente al mar, no se mueren de hambre porque en cualquier momento pescan algo hasta con las manos.
Todavía se ven las huellas por donde desembarcaron por primera vez los norteamericanos y donde se utilizó el puerto para el comercio con Alemania que se llevaba cera y miel, este es el puerto por donde entró por primera vez el acordeón.
Sin ningún interés en preservar la mansión de Antonia Jiménez, la casa del histórico Máximo Gómez en donde se firmó el Manifiesto de Montecristi, el famoso hotel en donde vivió Benito Monción y se hospedo Desiderio Arias.
Todos los meses de mayo los bubíes eclipsan el sol formando nubes de manadas de pájaros emigrantes de los cayos norteamericanos deshuevan en los cayos de esta provincia.
Si usted visita Cayo Arena encontrara un lugar en el cual la tranquilidad y la belleza transforman la realidad dominicana, nunca pensé encontrar tanta belleza en el mar adentro del Océano Atlántico. Las autoridades del mismo no miran la realidad por la cual atraviesan sus congéneres que teniendo uno de los mejores acueductos del país buscan para ganarse más dinero conectarlo a más de 100 kilómetros con Monción.
Hay mucho por hacer, pero lo más importante esta hecho; La calidad de su gente. Cultura, también tiene su espacio, las casas del siglo 19 y 20 son responsabilidad de ellos. También las parroquias históricas de Villa Vásquez y Villa Elisa. No pueden dejarlas morir, vayan en su auxilio que prácticamente con centavos se pueden mejorar esos inmuebles que son patrimonio histórico y cultural nuestro.
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