Ni encantador de serpiente ni mesiánico ¿A qué se debe la popularidad de Danilo?
A que el país se ha topado con un servidor público con vocación de servicio. Lo normal es que lo quisieran, porque ha sabido granjearse admiración y respeto entre adversarios, seguidores y personas sin afiliación partidaria, pero que al mismo tiempo pagara una cuota de popularidad por los temas irresueltos, que la gente sabe que siguen ahí perturbando la existencia, pero que al tiempo razonan que tiene escasez de recursos, pero que anda con voluntad para encararlos.
Seguimos viviendo en un país donde la principal preocupación de los ciudadanos es la inseguridad, seguida del desempleo, que se conecta con la falta de oportunidades para los jóvenes en actividad productiva; continuamos pagando una facturación eléctrica más cara que eficiente, aunque se ve que por el lado de la generación se han abordado soluciones a largo plazo, estando pendiente la eficiencia administrativa que conlleva a la corrección de las pérdidas por obsolescencia de las redes, falta de pago de muchos clientes y robos, todo desperdicia un 40% de la energía que se sirve.
De los compromisos de campaña el tema que el presidente Medina carece de justificación para no haber cumplido es el de la transformación del servicio exterior dominicano, casi dos años después reina el mismo desorden que encontró, un servicio exterior que es en 80% un botín para los compromisos políticos y personales de tres cúpulas: la del Gobierno, la del PLD y la del sector del reformismo que dirige la cancillería, en un rol muy secundario está el servicio al país que paga la abultadísima nómina.
Pero lo que se bota no es solo lo que el país invierte y que se coloca en el presupuesto, sino todo lo que el Estado deja de recaudar y queda en manos de los dueños del personal que se va nombrando en consulados y embajadas, y que para poder responder a sus encomenderos, incurren en tratativas en las que el Estado es estafado descaradamente.
Aun en los momentos en que más requiere de un servicio exterior entusiástico, capaz y activo, la República Dominicana tiene a su personal sufriendo las mil y una con retrasos hasta de tres meses para el recibo de la dotación, lo que es una pesadilla para gente que paga viviendas, alimentación, medicinas, transporte, personal de apoyo, y todas los gastos que se derivan de sus funciones.
Un tema por el que opositores y gente de la denominada sociedad civil le reclaman al presidente Medina, no formó parte de su oferta de campaña, que es que tome iniciativa para procesar ante la justicia a ex-funcionarios de la gestión del expresidente Leonel Fernández a los que el rumor públicos y algunas entidades y personas han acusado de corrupción.
El candidato que ofertó procesar y encerrar funcionarios anteriores perdió las elecciones, y las ganó el que asumió el compromiso de corregir lo que estuviera mal, no es que deba ser indiferente ante los reclamos de persecución de la corrupción, lo que no debe ser un obstructor de las acciones que se emprendan en ese sentido, pero no el impulsor, los reclamos deben estar dirigidos a los temas que endosó frente a la sociedad.
Un intangible que figura en la envidiable valoración de Danilo Medina, la gente sabe que sus manos están limpias, no emprende acciones para enriquecer a sus vinculados, trabaja para el país.
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