Creo que es difícil para el resto del mundo aceptar que un país cuyos líderes más fantasiosos y demagogos declaran que vivimos en plena postmodernidad, transitando en la autopista de la información de la era del conocimiento y demás cuentos propios para impresionar a los pendejos, en 60 años no haya podido resolver problemas tan sustanciales como suministro de agua potable, luz eléctrica continua, arrabalización de los espacios públicos, recogida y disposición de la basura, vialidad y tránsito, transporte público…y paro de contar. Difícil creerlo, pero cierto.
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