Se ha dicho que Jean-Claude Duvalier falleció de un “infarto cardíaco”. ¡Nada más falso que esa afirmación seudo científica! No podía morir de eso sencillamente porque, igual que su padre (hiena dinosáurica), ese individuo no tenía corazón. Por sus aberrantes hechos (miles de asesinatos, persecuciones, encarcelamientos y abusos de toda índole), quedó claramente establecido que ese sujeto no era humano, pues lo que tenía en el lado izquierdo del pecho era una cosa insensible llena de espinas, hecha de una extraña materia (se presume que excremento petrificado), que bombeaba odio líquido, en vez de sangre.
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