SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El periodismo ejercido con sentido ético, vocación de servicio y compromiso con la sociedad, no busca reconocimientos ni recompensas, porque su objetivo esencial es fortalecer la capacidad y el derecho de los ciudadanos a exigir una gestión pública idónea y eficiente.
Aun así, siempre resulta reconfortante cuando se recibe una distinción sobre un tema de tanta trascendencia y de permanente preocupación como es la corrupción, especialmente de manos de Participación Ciudadana, entidad que tiene el combate a ese flagelo como una de sus principales banderas.
Por esa razón agradezco y recibo con satisfacción, pero con mucha humildad el reconocimiento a la Integridad y la Lucha Contra la Corrupción que me han otorgado por los trabajos de investigación periodística realizados en El Informe, del Grupo SIN.
Este galardón no es solo mío, y lo comparto con el equipo de el Informe: Rosa Encarnación, Yanina Estévez, Julia Ramírez, Copérnico Luciano, Manuel Báez Luciano, Samuel Ne Landa y Kelvin Liria, además del equipo completo de SIN por investigar a profundidad, situaciones de interés general para que los ciudadanos estén debidamente enterados de cómo se manejan funcionarios e instituciones del sector público.
La corrupción trae consigo consecuencias devastadoras en el tejido social, especialmente porque agudiza la pobreza y la inequidad social que políticos y gobiernos critican, pero que poco o casi nada hacen para eliminar.
Como es comprensible, esta labor de investigación molesta a los funcionarios cuyas acciones irregulares en algunos casos bordean la esfera penal. En ocasiones son tan osados que recurren a artimañas para burlar la justicia, logrando que sus casos sean desestimados o sencillamente archivados. Utilizan esas mismas artimañas para llevar ante los tribunales a periodistas y medios independientes, acusándolos de difamación y en su desenfreno, llegan hasta proferir amenazas y agravios perversos.
De esta forma persiguen que la prensa deje de lado el tema de la corrupción y que se limite a un periodismo complaciente que jamás formará parte de la filosofía de los que laboramos en SIN, porque no lograrán amedrentamos con fallidos intentos de coartar la libertad de expresión y el derecho del público a conocer la verdad.
Aunque con estas investigaciones la prensa hace de fiscal en la denuncia de hechos de corrupción, en realidad es a los ciudadanos a quienes compete, en primer término, actuar como guardianes de la integridad de los bienes públicos para que se sancione a quienes defraudan la responsabilidad puesta sobre sus hombros.
Por eso se requiere contar con ciudadanos conscientes, que estén atentos al tema de la corrupción, que exijan rendición de cuentas y que no bajen la guardia.
Igualmente requerimos de ciudadanos que enseñen a sus hijos el valor de la honestidad, el respeto por sí mismo y por los demás, la responsabilidad, disciplina, lealtad, la firmeza en las acciones y la entereza moral, valores que se siembran en el hogar. Gracias a mis padres por haber sembrado la semilla de la integridad, por haberme enseñado a estar siempre del lado de la verdad aun cuando nadie este mirando.
Nos satisface saber que en esta crucial tarea no estamos solos, que la sociedad y el país en su conjunto cuentan con instituciones como Participación Ciudadana, que no desmayan en su permanente esfuerzo en pro del fortalecimiento institucional, de los debidos procesos de ley y de una lucha frontal contra la corrupción.