En los últimos tiempos hay manifestaciones de figuras que en su tiempo, en su momento, quizás por falta de conocimiento, muchos lo consideraban respetuoso y honesto. Nunca fue un secreto su adicción a la bebida, el mismo se ufana de eso, y en su eterno visitar a lugares conocidos, que rápidamente se convirtieron en nichos favoritos para frente a todos enseñar la dama de turno adictandole también al alcohol, y el whisky que con predilección apuraban demostrando sus exquisitos gustos en los años del envejeciente caminante.
Después de apurar varas copas cada día y consumir al eterno “Juanito Caminador” y eso realizarlo por muchos años en su vida, el carácter y el temperamento cambian como dice la gente del pueblo: hasta los policías se ven chiquitos.
No hay ese hombre que pueda medir su inteligencia y su capacidad de razonar cuando pasando de los 60 se nada en el vicio del alcohol. Conociendo nosotros todo un historial de insultos que van de decir que la bachata es música de cuero y guardias y atreverse a difamar en los últimos días que nuestras mujeres de mayor valía Alicia y Nuria son ignorantes y analfabetas por haber demostrado frente al pueblo su falta de seriedad en el manejo de su cargo. Con la misma fuerza del que lo dice se puede medir el grado del alcohol de quien trata de avasallarlas. Confucio nos dice que los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos
Escuche decir a alguien que este señor atacaba a todos tratando de ser un toro de la crianza miura. Pero lo que más me llama la atención es que ese toro ha perdido la vista y ya todas las capas son de un mismo color para él y con cualquier movimiento trata de envestirlo.
Si bien es importante tener una vida correcta, testimoniar a todo momento que uno es honesto y serio, quizás es de igual o mayor importancia llegar al ocaso de una vida gritando en ese final al cual todo ineludiblemente tendremos que enfrentarnos, que fuimos y somos lo que tanto pregonamos sin decir lo que nunca fuimos porque los pueblos como los animales prevén y sienten la partida de la realidad en sus últimos momentos llegando a culpar a sus compañeros en ese camino enlodado, los insulta sin saber que ellos han sido y son el ejemplo hoy que el debió haber seguido. Usted señor Euclides ha querido lavar al niño de pensamientos puros pero lo ha lanzado al piso con todo y su agua sucia.
Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un hombre virtuoso… Nos decía el filosofo chino de 400 años a/c , Confucio.
“No le llamen loco, ignorante y analfabeta al que pa’ decir la verdad nunca gaguea.
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