SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Con el paso de los días y sin ser desplazado por otros temas, crece el sentimiento de indignación en la sociedad frente a la forma irresponsable y cómplice con que la justicia le ha fallado al país y a sus instituciones en la lucha contra la impunidad y la corrupción.
La impotencia y frustración ha llegado a tal grado que sin dejar de valorar la apelación presentada por la Procuraduría al no ha lugar que favoreció al senador Félix Bautista, se considera improbable que la Suprema Corte de Justicia varíe el fallo emitido por el juez Alejandro Moscoso Segarra.
Si ese temor es confirmado por los hechos será difícil disipar en la ciudadanía y la opinión pública en general la extendida idea de que la justicia dominicana está secuestrada por un sector del poder político y que, por tanto, se mueve siguiendo sus dictados sin posibilidad alguna de actuar con independencia e integridad.
La irritación entre la gente que aspira a una justicia seria y creíble, se ha acentuado con un video difundido ampliamente a través de las redes sociales, donde se observa a Bautista bailar y cantar en una fiesta celebrando el día del no ha lugar, como si no fuera ya suficiente con la burla e impunidad por el controvertido dictamen.
Ahora una promoción en las redes sociales invita al recibimiento en San Juan del Senador del Progreso, su hijo distinguido mediante una gran caravana del triunfo, el triunfo de haber evadido un juicio de fondo.
La actitud complaciente de una justicia que parece blindada para proteger a los supuestos desfalcadores de los recursos públicos ya había tenido un penoso precedente cuando creó, mediante una serie de tecnicismos legales, la posibilidad de que el exministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rua tuviera que responder antes las graves acusaciones en su contra en un juicio oral, público y contradictorio.
Entonces, para qué tenemos una Suprema Corte, las altas cortes y un sistema de justicia que en lugar de cumplir con sus obligaciones, se dedica a proteger a los acusados de corrupción para que disfruten de fortunas supuestamente mal habidas y las exhiban con descaro a un país que tiene aún tantas carencias.