El PLD tendrá que emplearse a fondo, con tacto, inteligencia y sin desechar la persuasión, el acercamiento y hasta la negociación, diáfana y bien llevada, a fin de preservar la unidad partidaria y la posibilidad de retener el poder en el 2016.
Este es gran reto que el partido morado enfrenta ante el trance surgido a lo interno de la organización, a raíz de la decisión de su Comité Político en el tema de la reelección presidencial.
El conato de rebelión de un grupo de legisladores que desafía a la cúpula dirigencial tiene que manejarse con mucho cuidado para que el partido fundado por el profesor Juan Bosch no se exponga a un asomo de división que pueda profundizarse. La experiencia aconseja evitar que una pequeña crisis se agrande por un mal manejo.
En estos momentos es evidente que las controversias apuntan a una crisis, luego de que el Partido de la Liberación Dominicana diera un paso considerado crucial para definir su estrategia electoral interna con vista a los próximos comicios, durante la reunión de su Comité Político en Juan Dolio.
Tal como se había señalado, la atención estuvo centrada en el tema de la reelección presidencial, lo que quedó definido al anunciarse que se enviará al Congreso un proyecto de ley, que de ser aprobado, permitirá una convocatoria de la Asamblea Nacional para reformar la Constitución.
Ahora falta la prueba de fuego, ya que para ser aprobado, el proyecto de reforma debe ser aprobado por la mayoría absoluta de votos en cada cámara y si es previamente declarado de urgencia se requerirá de las dos terceras partes de los votos en su segunda discusión.
Con la actual decisión del CP, el ex presidente Leonel Fernández y los demás precandidatos han quedado en un virtual suspenso, a la espera de lo que decidirán los congresistas con la proyectada reforma a la Carta Magna.
Según el artículo 118 de la Constitución, más de la mitad de los miembros del Senado y de la Cámara de Diputados debe estar presente para que las cámaras puedan reunirse en Asamblea Nacional en los casos indicados por la Ley Sustantiva.
Aunque tiene mayoría de representantes en ambas cámaras, el PLD no cuenta con la cantidad necesaria de legisladores para lograr el quórum necesario para introducir cualquier enmienda constitucional.
EL PLD tendría que diligenciar entonces el apoyo de legisladores de la oposición, algunos de los cuales han advertido hasta el momento que se opondrían a una iniciativa en ese sentido.
La posibilidad de que el presidente Medina pueda optar por un nuevo mandato fue impulsada por la alta popularidad de que goza el gobernante, que algunas encuestas lo sitúan por encima del 70 por ciento y datos de otros sondeos en que segmentos de la población se han pronunciado favorables a que pueda encabezar un nuevo periodo de gobierno.
El proyecto tomó más fuerza, previo a la reunión del Comité Político, ya que algunos de los precandidatos presidenciales manifestaron que declinarían sus aspiraciones si Medina fuera escogido como el candidato presidencial para el 2016. Hasta ese momento no se había previsto que legisladores del PLD saldrían a cuestionar públicamente lo dispuesto por el más alto organismo de dirección de partido.
Lo que pasará de ahora en adelante en el seno del PLD y su futuro electoral dependerá en gran medida de la visión orgánica y de unidad de dirigentes y legisladores para que el lineamiento institucional pueda imponerse finalmente ante pasiones y ambiciones desmedidas.
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