SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Es inaudito y hasta escándalo cualquier intento de disminuir el salario mínimo en cualquier escenario, un salario que de por sí ya podría ser calificado como paupérrimo y que tiene poco poder adquisitivo.
La Confederación Patronal de la República Dominicana propone una reclasificación empresarial que disminuiría ese salario mínimo de 11,292 pesos a 7,763 o menos, para una gran cantidad de empresas que hoy en día son consideradas como grandes.
Esta propuesta se aplicaría a las compañías grandes que actualmente son catalogadas como tal si cuentan con instalaciones igual o mayor a los 4 millones de pesos. El cambio: la empresa sería considerada grande cuando tenga activos de 40 millones en adelante.
Esta propuesta de COPARDOM, como punto previo a un aumento salarial para empleados privados no sectorizados, solo perjudica a los más desposeídos que ya hacen de tripas corazón para sobrevivir.
Aunque el cambio no se aplicaría a los trabajadores que actualmente devengan el salario mínimo, sino a los nuevos que entren al mercado laboral, como sociedad tenemos que preguntarnos que hace una persona con 7,700 pesos mensuales, cuando un antibiótico para cualquier enfermedad bacteriana puede costar unos 3 mil. El pasaje diario de un empleado, asumiendo que solo toma un carro público, le cuesta mensualmente por lo menos mil. El plato del día, el más barato cuesta unos 120 pesos, que equivale a 2,400 mensuales. Fíjense cómo se van reduciendo esos 7,700 pesitos que también tienen que ser divididos entre el alquiler, la tarifa de electricidad, y los gastos de comida en un hogar. Que decir si la persona tiene hijos con gastos fijos.
Entendemos que cada sector quiera sacar el mayor provecho durante las negociaciones que se llevan a cabo en el Comité Nacional de Salarios. Sin embargo, esto no puede ser a costillas de los más necesitados, los menos beneficiados en nuestro país, los que menos oportunidades han tenido en la vida.
El Grupo SIN, de por sí, forma parte de las empresas que ya pagan un salario mínimo de unos 11,300 pesos y esta propuesta no cambiaría nuestra escala salarial. Sin embargo, tenemos el deber de convertirnos en la voz de los que no son escuchados, el compromiso de luchar porque se haga justicia y la obligación de denunciar esta propuesta que para el país es un retroceso moral que va en detrimento de las conquistas que han logrado los trabajadores durante décadas.