SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La valentía de un joven, que vivía con un tumor cerebral, y quería ser como cualquier otro adolescente.
Someterlo a una intervención quirúrgica por segunda vez representaba la vida o la muerta.
Las nuevas tecnologías en el país en área de la salud, han beneficiado de manera significativa a los pacientes que sufren de diversas enfermedades cerebrales. Procedimientos quirúrgicos complejos se realizan con equipos que hacen que las intervenciones sean mínimamente invasivas para muchos, aunque, existen casos tan delicados que ni con los avances científicos se ha podido garantizar el restablecimiento de la salud. Estos conmueven aún más cuando golpean a niños o adolescentes.
Tal es el caso de un joven de 16 años, que luchó contra un tumor cerebral que afectaba su desenvolvimiento en las tareas más básicas de su vida. El dilema para su familia era sumamente difícil: si no lo operaban, moriría en unas cuantas semanas, pero someterlo a la intervención también acarreaba un alto porcentaje de consecuencias que podría incluir hasta la muerte.
El Informe entra al quirófano con Argenis.
Argenis había sido operado hace 4 años, pero nuevamente reapareció una tumoración. Los médicos desconocían cual era la situación actual de la masa en el cerebro, pero si vaticinaban que era de mayor envergadura.
Los padres del joven, sabiendo todas las complicaciones que podría enfrentar el adolescente, decidieron someterlo a la operación que le daba la oportunidad de vivir.
El cuidado post operatorio, las complicaciones y el mensaje de valentía de Argenis.
Aunque Argenis falleció, quisimos presentar su historia porque sus ansias por vivir nos conmovió. Nunca perdió las esperanzas de llevar una vida normal y ser una persona productiva aunque en medio de su dolor. Todos a su alrededor también admiraban su fortaleza ya que nunca se quejaba de sus padecimientos. Sin dudas es un testimonio de perseverancia, aun cuando la muerte la ganó la batalla.