SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Desde hace semanas el país está en vilo por el tema de la reelección y la modificación a la constitución para permitir la repostulación presidencial.
El tema mantiene enfrentado al Partido de la Liberación Dominicana que nunca antes, por lo menos públicamente, había mostrado una discordia de tal magnitud que amenaza el futuro de esa organización política, que con poco más de tres décadas de fundada, ha logrado gobernar casi 20 años.
La crisis interna del partido de gobierno, no sólo afecta a los peledeístas sino al sistema de partidos en general. Un sistema que ya vivió la división del PRD, mayor partido de oposición hasta que se formó el PRM. Una oposición dividida, sólo logró solidificar al partido de gobierno, dándole luz verde para hacer y deshacer a sus anchas, sin un contrapeso que jugara su rol en una sociedad democrática.
Pero ahora el tablero ha cambiado, las fichas se mueven rápidamente, y el PLD desesperadamente tira los dados en busca de un doble que lo saque de esta encrucijada. En el camino que conlleva al final de este juego, no siempre tan colorido como en las películas, el partido morado ha olvidado que el país no aguanta otro partido dividido. Ha colocado los intereses particulares de ambos bandos por encima de los intereses de la institucionalidad de la nación.
Acciones desatinadas y una visión angosta y particular, sin tomar en cuenta que el PLD es un patrimonio no solo de los peledeístas, sino del país y de su democracia, pueden provocar un descalabro irrecuperable en ese partido.
¿Acaso se ha pensado, tal como se perfilan los acontecimientos internos en el PLD, que esa es una amenaza potencial y nada remota.
Tanto el presidente Medina como el ex presidente Fernández tienen la solución en sus manos. Esperamos que se imponga la cordura y el buen juicio por el bien del país.