SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Situaciones descabelladas e inexplicables que se producen en el país, en una especie de reino del absurdo, hacen recordar al intelectual Manuel Arturo Peña Batlle, quien afirmó, basado en investigaciones sobre la idiosincrasia nacional, que la republica dominicana era una nación insólita.
Un ejemplo actual que avala ese diagnóstico hecho hace décadas por este reputado ensayista es la avalancha de multas de tránsito que salen de la nada o por arte de magia, al establecerse que se trata de violaciones fantasmas o puestas en entredicho, porque no corresponderían a contravenciones reales.
Sin embargo, cuestionadas o no, estas multas aparecen en el historial de un sinnúmero de personas, lo que les dificulta la existencia para el normal desenvolvimiento en una serie de actividades, y hasta en su vida laboral, ya que ni siquiera les permiten sacar un papel de buena conducta.
Según investigaciones realizadas por el programa El Informe, sorprendidos permanece s ciudadanos, tras darse cuenta que sus nombres figuran en el sistema de infracciones de la AMET, por violaciones a la ley de tránsito, las cuales aseguran nunca cometieron.
Se han dado situacioness, que dejan perplejos a cualquiera. Por ejemplo, una persona nos comentó que cuando le verificaron su historial, le salieron seis contravenciones, cuando había acudido al proceso por una sola., como si literalmente se reprodujeran.
Pero esto es tan solo uno de los primeros eslabones de una cadena de extrañas inexactitudes, en vista de que se han dado casos en que en las multas se consignan placas que no corresponden a los supuestos infractores, además de multas por falta de casos protectores a personas que nunca han abordado un motor.
La amet promete investigar cada uno de estos casos, pero adelanta que hay personas que olvidan que cometieron infracciones. De cualquier forma, hay que llegar al fondo de estas inauditas situaciones, porque no puede haber tanta gente equivocada.