Vinicito Castillo quiere la proscripción de un libro

Sigue, el Diputado, Vinicio Castillo, en su afán electoralista, buscando un enemigo Universal que le permita posicionar su candidatura a Senador, por el Distrito Nacional. Es lamentable que se apoye en una vulgaridad pedagógica y en un chantaje intelectual y didáctico, para confundir a los electores y a la Sociedad.

Está en su Derecho Constitucional de cuestionar toda bibliografía que sea sujeta de riesgos para la formación e instrucción de nuestros niños, preadolescentes y adolescentes. Pero emitir un juicio de valor sobre el  libro Hablemos, de Educación Sexual,  promovido por la Fundación Profamilia, es un verdadero absurdo.

Dice el Legislador que este libro barre todos los valores de la familia Dominicana. Con esta rotundidad demuestra  su laicidad en materia de enseñanza, de aprendizaje y en la virtud que tiene la escuela. Desconoce que educar es una función práctica, no teoría. Pierde de vista que la Educación es instrucción, entrenamiento y virtud. Que la virtud es la aplicación en la vida del alumno de todo lo que se aprende, a partir de la instrucción y el entrenamiento.

Pasa por alto, en su delirio, que el carácter o la personalidad de un alumno no se forja al final, que primero, está la personalidad recibida, al nacer, la personalidad aprendida, la cual se alcanza con los hábitos afectivos, cognitivos y operativos  y, por último, la personalidad elegida, cuando el alumno decide, con los procesos anteriores, optar por su proyecto de vida.

Estamos ante una tontería Política de un Legislador, un Diputado que convierte ideas o principios en mercancía electoral, o una mercancía electoral en principio o ideología Política, con  el único objetivo de usar el miedo como propuesta social. Ningún libro tiene categoría histórica o cultural para cambiar la conducta de un ser humano.  La Biblia, el Corán, los Vedas, los King, ni muchos otros han logrado lo que propone el Doctor Castillo. Es que lo único que cambia la conducta es la inteligencia, una función humana que se construye a partir del leguaje. El libro Hablemos, de Educación Sexual,  ni es el Manifiesto Comunista, ni es la Declaración Universal de los Derechos Humanos.