SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La Estrategia Nacional de Desarrollo que promueve el Gobierno no alcanzará sus metas si no se produce un cambio radical en el sistema educativo, que aumente las horas de docencia, reduzca la deserción, mejore la calidad de los maestros y la infraestructura escolar.
La advertencia fue hecha por la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (AEIH) y la Federación de Asociaciones Industriales (FAI), al ratificar su apoyo a la campaña “4% para Educación”, que desarrolla una coalición de organizaciones sociales.
Los presidentes de las entidades empresariales Wadi Cano Acra e Ignacio Méndez dijeron que sin educación de calidad tampoco es posible hacer competitiva la industria dominicana en un mundo globalizado, ni desarrollar un mercado interno con altos niveles de empleo y de consumo.
“No comprendemos como en un Gobierno del presidente Leonel Fernández, quien es un vivo ejemplo del desarrollo del individuo a través de la educación, haya que reclamar el cumplimiento de la ley que dispone destinar un 4% del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación”, indicaron los dirigentes empresariales.
Cano y Méndez manifestaron que el gobernante tiene una clara conciencia –y así lo aborda en sus discursos- de lo que implica vivir en “la era del conocimiento” y de las exclusiones sociales que provoca la falta de una educación de calidad, por lo cual no entienden que la legislación sea incumplida por este Gobierno.
Los dirigentes industriales suscribieron el planteamiento de Georges Santoni Recio, presidente de EDUCA, quien ante la Cámara Americana de Comercio llamó a convertir la educación en una prioridad nacional para conseguir mayor productividad, crecimiento económico, salubridad pública, bienestar social y desarrollo sostenible.
A juicio de Cano y Méndez, constituye una verguenza que el Foro Económico Mundial de 2010 situara a la República Dominicana en el lugar 137 de 139 países encuestados en educación básica, y en el lugar 133 en educación superior.
Advirtieron que mientras persista un sistema educativo de baja calidad y ciudadanos poco educados, se hará difícil el combate a la corrupción, la criminalidad e incrementar la participación democrática de los ciudadanos, los niveles de gobernabilidad y reducir la pobreza.
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