SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La inacción de las autoridades frente a un problema que incide peligrosamente en la vida de seres humanos es doblemente condenable cuando su gravedad es ignorada, a pesar de haber sido divulgada al público con imágenes estremecedoras en El Informe hace mas de un año, por lo que no se puede alegar desconocimiento alguno.
Esta inexcusable dejadez se puso de manifiesto nuevamente este fin de semana cuando por hacinamiento, un brote inicialmente de diarrea que degeneró en cólera, cobró la vida de cuatro presos y enfermó a más de 40 compañeros de celda en la cárcel de La Victoria.
Este episodio salió a relucir una semana después de que el brote comenzara y, según parientes de los reclusos afectados, las autoridades penitenciarias desoyeron los llamados de advertencia, lo que habría agravado la situación e imposibilitado que los enfermos recibieran atención oportuna.
La tragedia ocurre en un penal que paradójicamente lleva el nombre de La Victoria, cuando en realidad debería llamarse La Derrota por el fracaso en garantizar un tratamiento mínimamente digno a personas privadas de libertad por diferentes delitos, pero que tienen derecho a ser tratadas con respeto e inviolable apego a los derechos humanos.
El año pasado yo estuve por espacio de 12 horas dentro de ese recinto preparando un trabajo especial para El Informe y la experiencia fue sobrecogedora al ver tantos seres humanos hacinados, en medio de inmundicias y precariedades en un presidio que no cuenta con los medios para ser un verdadero centro de rehabilitación.
Pero fuera de las carencias materiales, que las hay en demasía, lo que falta en La Victoria es principalmente sensibilidad y un trato considerado a hombres que allí subsisten en condiciones infames e infrahumanas.
¿En semejante estado, como si se tratara de bestias o animales, cómo puede esperarse que además de resarcir la falta cometida ante la sociedad, puedan retornar a ella en buenas condiciones físicas y mentales para reinsertarse y acogerse a las normas de convivencia y el respeto a la ley? Ojalá que además de alguna respuesta mediática, las autoridades penitenciarias se dignen hacer algo para humanizar a La Victoria.