Con lo que acaba de conocerse sobre la sobreproducción de quesos en Estados Unidos y la Unión Europea y cómo esto obliga a inundar mercados del llamado Tercer Mundo por encima de su capacidad de consumo y en perjuicio de productores locales, se confirma nuevamente el viejo y popular dicho que el pez grande engulle y se come al más chiquito.
Un amplio y bien detallado reportaje publicado por BBC Mundo revela que en Estados Unidos no sabe qué hacer con tanto queso y que otro tanto ocurre en Europa. Este reporte bien documentado con datos y cifras ha venido a confirmar la situación denunciada por productores locales de quesos, que están con el grito al cielo por la forma en que se ha incrementado la importación de ese alimento, en perjuicio de su sostenibilidad económica.
Muchos han dicho a través de entidades ligadas a la producción de leche y de quesos que temen desaparecer si la situación persiste y han pedido a las autoridades del sector analizar lo sucedido para adoptar algunas regulaciones, en el entendido de que a pesar de los acuerdos comerciales, siempre se pueden aplicar medidas para proteger la producción nacional.
Son miles las queserías, entre artesanales y formales que operan en el país y ante la posibilidad de que algunas tengan que salir del mercado, el temor se enfoca principalmente hacia las pequeñas empresas familiares y la pérdida de empleos directos e indirectos que se podría producir si en la masiva importación de quesos continúa sin ningún tipo de control.
Sostienen que en este momento enfrentan una competencia muy desigual, ya que el queso importado goza de subsidios en los países productores, mientras aquí las queserías tienen que asumir costos adicionales por los apagones y los incrementos en el precio de los combustibles.
El elemento medular que cita BBC Mundo se refiere a que en Estados Unidos se ha acumule un inventario de 540 millones de kilos de queso, el mayor en décadas, sin que nadie sepa bien qué hacer con él. La razón inmediata viene de las tensiones que surgieron en Europa Oriental en 2014 luego que Estados Unidos y la Unión Europea impusieran sanciones contra Rusia luego de la crisis ucraniana y la anexión de Crimea.
El gobierno del presidente ruso, Vladímir Putin, se vengó imponiendo sanciones contra los productos de la UE. El portal británico indica que los productores europeos de queso, súbitamente sin uno de sus mercados importantes, volcaron su producción hacia Estados Unidos, contribuyendo a un enorme superávit de queso en ese país.
Analistas consultados por BBC Mundo advierten que cada persona en Estados Unidos tendría que comer 1,3 kilos extra de queso este año para terminar con las existencias del producto.
Incluso en una nación que consume en promedio 36 libras del derivado lácteo por habitante cada año, pocos creen que el inventario se reduzca sustancialmente en el corto plazo.
Toda esta situación repercute también negativa para los productores y agricultores estadounidenses, que enfrentan una especie de tormenta, con sobreproducción interna y
De acuerdo al trabajo de BBC Mundo, enviar el queso a países de menores ingresos podría ser visto como competencia desleal a los productores locales, ya que los países receptores de los regalos de alimentos pueden no ver ese escenario con tanto agrado.
La expectativa está centrada ahora en qué pasará, cuáles aspectos serán determinantes para afrontar la amenaza a las queserías dominicanas, sin desconocer que se trata de un problema complejo, en vista de las obligaciones y cuestiones a considerar por los compromisos asumidos por el país en materia de libre comercio.
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