Tengo un nuevo habitante muy incómodo en mi casa: Un gatito que me acaban de regalar, pero que se ha declarado en rebeldía contra mi afecto y mi autoridad. Se ha puesto sencillamente incontrolable. La ha emprendido sin pausa contra mí. Lo menos que ha hecho es mearse en mis brazos, además de morder obsesivamente mis zapatos, maullando con rabia. La única explicación que le encuentro a tan inusitada conducta es que he expresado la intención de ponerle “Félix” como nombre. Creo que debo aclararle que el nombre es por “Félix el Gato”, el de los comics para niños, y no por el otro Félix…(ése mismo).
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email