Le aconsejo que durante seis lea todos los periódicos y escuche todos los noticiarios y a todos los analistas independientes (con o sin comillas), mercenarios y vulgares difamadores. Si acaso logra reprimir sus inevitables impulsos homicidas, y decide seguir soportando este país, haga lo que yo siempre hago al séptimo día: busque en la noche un espacio despejado, tírese de espaldas en cualquier lugar y durante un buen tiempo concéntrese en el maravilloso cielo, su luna y todas las estrellas. Así, igual que yo, se dará cuenta de lo estúpido e insignificante de todo esto… (¡Y dele pa´ lante!)
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email