Recibo con un granito de sal todas las revelaciones que tengan como origen el departamento “Operaciones Estructuradas” de Odebrecht, porque me he percatado que son fabulosos para generar titulares escandalizantes, pero poco consistentes para aportar pruebas que permitan sustentar expedientes robustos, a veces ni siquiera resisten el menor ejercicio de lógica.
Es el caso de la confidencia sobre los supuestos aportes de la empresa para campañas electorales desde 2006 al 2014 en Brasil, Angola, Venezuela, República Dominicana, Panamá y El Salvador, ascendentes a 3, 390 millones de dólares.
Esa delación debió motivar una pregunta que obligaba a recibir el dato con prudencia ¿Una empresa que para gestionar obras en 12 de los 27 países en los que trabaja, admitió haber pagado en catorce años sobornos por 788 millones de dólares, iba a aportar 3,390 millones en campañas electorales en seis países en ocho años?
En la admisión de los sobornos se especificaba el monto pagado en cada país, pero el astronómica fortuna de las campañas no entra en detalles, pero tampoco ofrece nombres de los partidos y candidatos supuestamente financiados, pero con el solo hecho de entre ellos se citara a la RD, hubo brincos de alegría entre los que creían haber hallado un hecho que vinculara al presidente Danilo Medina con el escándalo Odebrecht, la prueba inequívoca del financiamiento a su reelección.
Pero el billete les salió pelado, lo expuesto cortaba en el año 2014, y la campaña reeleccionista se efectuó en el 2016, y aunque se llegó a la ligereza de titulares tales como: “Revelan Odebrecht Transfirió Fondos para campaña de Medina a Través de Joao Santana” el propio texto de la reseña encima de la que se ponía ese encabezado evidenciaba el inapropiado manejo de la información.
Y no se hizo esperar un desmentido desde Brasil por parte del abogado de Joao Santana, Fabio Tofic Simanob, que de parte de su cliente negaba categóricamente que este hubiese recibido pagos de Odebrecht para la campaña del presidente Danilo Medina, quien también hizo provecho del fiasco mediático para evidenciar que hay interés en dañarle.
En definitiva, el impasse no ha logrado otra cosa que vacunar al presidente contra cualquier otro intento de calumniarle.
Cuando se hagan de dominio público las delaciones premiadas de los ejecutivos de Odebrecht nos percataremos que, en el caso de los de “Operaciones Estructuradas”, hubo algunos que resultaron muy imaginativos y pensaban que todo lo que se manejaba en determinadas cuentas eran sobornos.
Sobre el caso dominicano podrían producirse diferencias entre el testimonio que ellos ofrecen, y el dado por quien fuera el jefe de Odebrecht en RD en la etapa que está bajo cuestionamientos, Marcos Vasconcelos Cruz, que reconoce que se hacían pagos por representación, subcontratación y alquileres de equipos a una empresa propiedad de Angel Rondón, pero ni siquiera sugiere que totalidad o una parte de esos pagos se hicieran para sobornos.
Por demás el contrato de representación que Odebrecht suscribió en el año 2002 con su representante local le impide usar los pagos que recibiera para compensaciones ilegales a políticos, funcionarios y legisladores, advierte que si una de las partes incurriera en violación a las leyes del país, sería bajo su absoluta responsabilidad.
Hubo países donde la empresa hizo transferencias directas a políticos y funcionarios, ese no ha sido el caso de RD, por lo que se hace cuesta arriba la investigación, pero bien llevada debe producir resultados.
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