La convocatoria del Consejo Nacional de la Magistratura ha abierto grandes expectativas y también interrogantes que reflejan el justificado temor por las debilidades que aun arrastran las instituciones nacionales. Esperamos que esto nuevamente no se convierta en un traje a la medida para el gobierno de turno, donde quedan blindados frente a la comisión de actos irregulares.
En su calidad de presidente de ese organismo, Danilo Medina tiene la oportunidad de demostrar, si realmente hay voluntad de que las altas cortes reflejen las voces plurales de la sociedad y no la representada por un solo sector de la población.
Ante el cambio de jueces en el Tribunal Superior Electoral, la sociedad civil tiene el deber y el compromiso de estar vigilante para que se haga una buena selección, porque en juego están todas las decisiones de los próximos comicios, y no se puede dar más poder al partido de gobierno, que ya controla ambas cámaras del congreso y las altas cortes.
Además el puesto de la presidencia de la suprema también estará en juego, y ya sabemos el bochorno y la podredumbre que se han denunciado en el seno de esa elevada instancia de la Justicia.
Auguramos lo mejor para el país, pero lamentablemente la realidad no pinta un panorama alentador con un consejo de la magistratura que cuenta con 6 miembros del PLD y solo dos de la oposición, el senador Paliza y la Diputada Josefa Castillo, ambos del PRM.
Y mucho cuidado, con esta convocatoria el 15 de mayo, justo cuatro días antes de que supuestamente recibiremos los nombres de los sobornados por Odrebretch, no especulando, sino dicho por el propio Procurador Jean Alan Rodríguez. No convirtamos un proceso tan serio y tan solemne en una distracción, para desviar la atención del escándalo que ha mantenido en vilo al país desde finales de diciembre.
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