Me ha parecido un horroroso equívoco el reclamo de 120 sacerdotes, de casi 800 que hay en el país, solicitando al nuncio Tadeo Okolo información sobre la venta de un terreno del Arzobispado de Santo Domingo.
El fallido intento extemporáneo para embarrar la honra del cardenal López Rodríguez habla peor de sus autores que del arzobispo emérito retirado.
Don Nicolás, a quien quiero entrañablemente aunque critiqué mucho por sus exabruptos y afinidades inexplicables, podrá tener cuántos defectos quieran buscarse, pero es un hombre medularmente honesto y honrado.
Estoy convencido plenamente que ninguna actuación suya jamás ha sido de mala fe o contraria a su más íntima convicción según sus luces y sentido cristiano.
Salir ahora, cuando con menos salud y más edad está retirado, con esta barrabasada, es indignante, pues a Su Eminencia Reverendísima lo que fuera a decírsele debió hacerse estando él en plenas facultades y ejerciendo el poder eclesiástico.
De esos dizque 120 curas curiosos, ¿cuántos acumulan o alcanzarán el merecido prestigio de Nicolás? ¡Den la cara, como él!
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