La celebración del día de las madres se inició en la antigua Grecia, para rendirle culto a Rea, que en la mitología griega era la madre de los “dioses” griegos Zeus, Poseidón y Hades. Con el pasar del tiempo esta celebración se hizo popular entre los romanos, quienes también la adoptaron. La Iglesia Católica inició esa celebración para venerar a María la madre de Jesús.
En nuestro país el último domingo de mayo es el día para celebrar a las madres. Los centros comerciales y mercados se visten de corazones y rosas rojas para celebrar a las madres. Es increíble que aún muchas iglesias evangélicas también se adornen de corazones y rosas rojas cada año
Pero, ¿es la voluntad de Jehová Dios que honremos a nuestra madre un día al año? La Biblia dice claramente:
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. (Efesios 6:1-3).
Jehová Dios en su Palabra manda a los hijos a que obedezcan a sus padres y que los honren. Este mandamiento no tiene una medida de tiempo específica. La Biblia no dice cosas como: “Honra a tu padre y a tu madre hasta que cumplas 18 años” ni tampoco: “Honra a tu padre y a tu madre hasta que te cases”. Al no tener este mandamiento una medida de tiempo específica, significa que debemos honrar a nuestro padre y a nuestra madre todos los días, y mientras lo hagamos así, el Señor nos da una promesa (Efesios 6:2) de que nos irá bien en la vida y que Él alargará nuestros días sobre la tierra (Efesios 6:3).
La Biblia nos muestra cómo ciertos escribas y fariseos para su propia conveniencia habían invalidado este mandamiento de Dios y lo habían sustituido por su tradición. La Biblia nos enseña lo que nuestro Señor Jesucristo les dijo a los escribas y fariseos:
Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. (Mateo 15:4-6).
Los escribas y fariseos les habían enseñado a los hijos que si querían dejar de sentir esa “carga” de ayudarles a sus padres, ellos solamente debían decirles que “todo aquello con que ellos les podrían ayudar” (comida, calzado, ropa, dinero, etc.) lo tenían reservado para dárselo como ofrenda a Dios (Mateo 15:5). Los escribas y fariseos enseñaban que con esto ya el hijo no tenía que seguir ayudando ni honrando a sus padres. Jesús les dijo que ellos habían invalidado el mandamiento de Dios por su tradición (Mateo 15:6).
De igual manera, hoy en día muchos jóvenes están invalidando el mandamiento de Dios por la tradición griega del día de las madres. Multitudes de jóvenes todo el año le levantan la voz a su madre, la menosprecian (Proverbios 23:22), la humillan, no le obedecen; se avergüenzan de ella , no la toman en cuenta, se creen superiores a ella porque han alcanzado un mayor nivel académico y social que ella…y un mísero día al año, el último domingo de mayo, se acuerdan de esa mujer que se quitaba el bocado de la boca para dárselo a ellos; y le traen un regalo material, un abrazo hipócrita, y hasta echan su lágrima de cocodrilo. Hijo, en el amor de Cristo te digo: ¡Deja la rebeldía y la hipocresía, arrepiéntete de corazón, y pídele perdón a Dios! Porque si sigues tratando así a la mujer que te trajo al mundo, y te sorprende la muerte, vas a ir al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga (Marcos 9:44).
La Biblia contiene diferentes ejemplos de hijos que honraron a sus padres. Sin embargo, el ejemplo que más me impacta es el de nuestro Señor Jesucristo.
En Lucas 2:41-52 la Biblia nos narra la ocasión cuando Jesús tenía 12 años, y cómo sus padres terrenales (José y María), creyéndolo perdido, lo encontraron en el templo unos días después atendiendo los negocios de su Padre celestial (Permaneciendo en la casa de su Padre y ocupándose de las cosas espirituales).
Jesús, en su período de transición de niño a adolescente (12 años), ya estaba honrando a Jehová, su Padre celestial, pero la Biblia también nos enseña: “Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.” (Lucas 2:51).
Jesús, siendo Dios mismo hecho carne, la Biblia dice que estaba sujeto a sus padres terrenales. El adjetivo “sujeto” significa que les obedecía en todo. Si sus padres, por ejemplo, le pedían que hiciera algo, Jesús lo hacía sin renegar y alterar la voz, porque Jesús estaba sujeto a ellos…”Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón”. Joven: Ya deja la hipocresía y las tradiciones mundanas y paganas (como el día de las madres, Navidad, San Valentín, etc.).
La voluntad de Dios es que honres a tu padre y a tu madre TODOS LOS DÍAS (Efesios 6:1-3), no un simple día al año. Tu mamá es vaso frágil y guardará todo lo que tú hagas en su corazón. Es necesario que siempre bendigas a tu mamá materialmente, pero te aseguro que si la amas, la honras, la respetas y le obedeces TODOS LOS DÍAS, eso valdrá más para ella que cualquier cosa material que el dinero pueda comprar, y Jehová Dios te recompensará.
Fuente: Reflexiones Bíblicas.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email