Leonel Fernández dijo una vez “quien no entiende cómo y por qué ganamos en 1996, no entenderá por qué el PLD perdió en el 2000”, refiriéndose a dos elecciones cuyos resultados dependieron de la voluntad de Balaguer.
Diecisiete años después, flamígeros voceros suyos rasgan sayales y cubren cacos de cenizas para atribuir una eventual salida del poder del PLD a una malévola conspiración financiada por sectores empresariales.
¡Qué disparatada locura! En vez de analizar las consecuencias naturales y lógicas del ejercicio prolongado e intenso del poder, que –aparte de todas sus bondades como el envidiado crecimiento económico y la estabilidad— ha creado una “peledocracia” gorda y maleada, políticos como Franklyn Almeyda destilan ácidas e infundadas acusaciones atribuyendo a innominados empresarios el deseo de “sacar a Danilo y al PLD del poder” dizque para privatizar Punta Catalina, el Banco de Reservas y el Metro.
¡Vaya cuco! ¿Y no fue Leonel quien promovió originalmente las privatizaciones? ¿Y ese mismo empresariado no ha apoyado de mil formas al gobierno? ¡El miedo político pare disparates!
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