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Siete consecuencias que puedes sufrir por morderte las uñas

A menudo afecta a los niños y adolescentes, y de estos, solo un número reducido de casos se mantienen hasta la edad adulta.

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REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La onicofagia, es decir, el mal hábito de morderse las uñas, es un trastorno psicológico vinculado con alteraciones en el sistema nervioso que inducen a estados de ansiedad y estrés.

A menudo afecta a los niños y adolescentes, y de estos, solo un número reducido de casos se mantienen hasta la edad adulta.

Aunque puede considerarse como un problema estético, por el aspecto que le da a las manos, es una condición que va más allá. Y es que no solo refleja desbalances emocionales, sino que puede influir en la aparición de algunos síntomas y enfermedades.

Las bacterias que hacen contacto entre los dientes y las uñas, además de la inflamación, conducen a una serie de reacciones negativas que se manifiestan en varios aspectos de la salud.

Teniendo en cuenta que muchos aún lo desconocen, en este espacio queremos compartir las 7 consecuencias principales.

1- Infecciones en las uñas

Morder las uñas no solo impide que estas crezcan de forma saludable, sino que incrementa el riesgo de padecer infecciones por bacterias y levaduras.

Este hábito genera un debilitamiento tanto en la estructura de la uña como en su piel circundante, lo cual facilita el ataque de microorganismos dañinos.

Debido a esto pueden aparecer molestias como:

Irritación y enrojecimiento alrededor de las uñas.

Sensación de ardor o dolor.

Pus alrededor de la uña.

Cambios en el color y textura de la uñas.

2- Infecciones gastrointestinales

Aunque no lo podamos notar a simple vista, las uñas mordidas crean un ambiente perfecto para el crecimiento de bacterias patógenas como la E. Coli y Salmonella.

Estos microorganismos crecen con facilidad en el ambiente húmedo de las uñas y la boca, y pueden pasar con facilidad hacia el sistema gastrointestinal, sitio donde producen varios tipos de infecciones.

3- Verrugas

Las personas que suelen morderse las uñas frecuentemente suelen desarrollar verrugas con más facilidad que aquellos que no tienen este mal hábito.

Este síntoma está causado por uno de los subtipos del virus del papiloma humano (VPH) y, dado que el contacto entre las uñas y la boca facilita su propagación, puede originarse en varias partes del cuerpo.

Son bastante comunes entre los niños, no solo porque son los que más tienden a comerse las uñas, sino porque su sistema inmunitario está menos desarrollado.

4- Ansiedad

La acción de morder las uñas, que suele ser inconsciente, es una de las reacciones del cuerpo ante estados de estrés y ansiedad.

Si bien de momento permite crear una sensación de calma en el sistema nervioso, su falta de control puede conducir a conductas compulsivas de mayor cuidado.

La boca es uno de los sectores con mayor número de terminales nerviosos y, debido a eso, este acto se convierte en el método para manejar los desbalances emocionales.

No obstante, cuando se repite una y otra vez, la ansiedad no se maneja de forma adecuada y permanece por más tiempo.

5- Enfermedades dentales

Morder de forma recurrente las uñas incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades orales debido al debilitamiento que sufren los dientes y las encías.

Los dientes superiores se pueden salir de su posición natural y, algunas veces, afectar la mordida.

Por otro lado, las piezas dentales se van desgastando y pierden el esmalte que las protege frente a los ácidos y microorganismos.

Como consecuencia, se producen infecciones bacterianas y virales que, entre otras cosas, influyen en la aparición de mal aliento.

6- Debilitamiento del sistema inmunitario

Debido al gran número de microorganismos que pueden llegar al cuerpo tras morder las uñas, el sistema inmunitario tiende a debilitarse. Así, disminuye la producción de los anticuerpos que defienden el organismo ante agentes extraños.

Quienes tienen esta mala costumbre son más susceptibles a padecer alergias, gripes y resfriados.

7- Reducción en la calidad de vida

Por todas las reacciones físicas y emocionales que implica el acto de morderse las uñas, quienes no consiguen controlarlo pueden presentar una reducción significativa en su calidad de vida.

Los pacientes se mantienen ansiosos la mayor parte del tiempo y, al notar el aspecto de sus uñas, comienzan a tener problemas de autoestima y autoconfianza.

Por otro lado, debido al papel que desempeñan las uñas en la imagen personal, es probable que también existan algunas repercusiones sociales.

¿Aún te muerdes las uñas? Si haces parte del grupo de personas que no ha logrado abandonar este hábito, comienza a tomar medidas lo antes posible para no tener que sufrir estas consecuencias.

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