Tras haber tributado excepcionales honores de Jefe de Estado (para distracción de un pueblo acelerado con el Movimiento Verde) al nigeriano TB Joshua, extraño sanador, brujo, profeta y predicador cristiano, lo menos que debemos esperar, después del gran espectáculo, es que su insólito creyente Danilo Medina disponga, imbuido de sentimiento patriótico, la reivindicación de un gran dominicano (sanjuanero como él) que también fue sanador, brujo, profeta y predicador cristiano: Olivorio Mateo, “Papá Liborio”. (Por favor, que por lo menos disponga que su santa imagen adorne el vestíbulo del Palacio Nacional).
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