China claramente no es una economía de mercado. Posee más empresarios capitalistas que casi cualquier otro país del mundo. Pero su economía es dirigida por un gobierno comunista, en sí mismo un formidable empresario capitalista, que fabrica satélites de telecomunicaciones, submarinos y artilugios digitales. Los iPhones los fabrican chinos. Con cuatro o cinco veces más consumidores que los Estados Unidos, este enorme país sin embargo está aún lleno de pobres muy pobres.
Trump se opuso ayer a que la OMC reconozca a China como nación con economía de mercado. La consecuencia es que puede objetarse y sancionarse en la OMC su conducta comercial (con mas severidad que si fuese una economía libre).
Es una paradoja que la política china, de protección de su mercado interno y estímulo oficial a sus exportaciones, es criticada por Trump, mientras él intenta casi exactamente lo mismo para Estados Unidos. Los gringos quieren replegarse hartos de bregar con morenos, chinos y europeos, pero el control que aun ejercen en instancias como la OMC y las del sistema de la ONU, habrá de quitársele a mordidas
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