Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Hay un refrán en mi país de origen que dice: “De los errores aprende uno”, nosotros los seres humanos cometemos muchos errores a diario y debemos aprender de ellos, para no cometerlos más. Pero bueno como dice la canción: “Tropecé de nuevo con la misma piedra”. El ser humano es el único que tropieza dos veces con la misma piedra.
Aunque unos tropiezan más que otros que lo hacen más frecuentes, tenemos que aceptar que todos hemos fracasado en una u otra ocasión. Fracasos no significa que todavía no hemos logrado nada, significa que hemos aprendido algo, pues todos debemos aprender de los tropezones. Los fracasos no significan que seamos necios, sino que hemos tenido mucha fe.
El fracaso no significa la falta de capacidad nuestra, sino significa que queremos hacer las cosas de una manera distinta. El fracaso no significa que somos inferiores, significa que nosotros no somos perfectos. El fracaso no significa que lo hemos perdido todo en nuestra vida, significa que tenemos razones para empezar de nuevo.
El fracaso no significa que debemos echarnos atrás, significa que debemos luchar con más ahínco y perseverar. El fracaso no significa logremos la meta deseada, significa que tardaremos más en alcanzarla. El fracaso no significa que Dios no ha abandonado, significa que Dios tiene una idea mejor para lograrlas.
Mira, si Dios no te concede lo que has pedido, por algo será, a lo mejor no te conviene lo que has pedido, no es que hallas fracasado en tu pedido, y eso lo veras más tarde.
No solo te acuerdes de Dios y de la Virgen María en situaciones de adversidad. Tenlos también presentes en todo momento de tu vida, también las de los éxitos.
En los fracasos de nuestra vida es cuando más necesitamos agarrarnos de Dios, Él es el único que nos puede dar una solución correcta a nuestros fracasos.
Termino con el Salmo 34, Versos del 1 al 3 que dicen: “Bendeciré al Señor a todas horas mis labios siempre lo alabaran. Yo me siento orgulloso del Señor, óiganlo y alégrense, hombres humildes. Alabemos juntos a a una voz la grandeza del nombre del Señor”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.
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