Las autoridades dominicanas están gestionando la construcción de cuatro hospitales en la frontera, del lado haitiano. Dicen que es para liberarnos de la carga de pacientes haitianos en los hospitales de nuestros pueblos fronterizos. Este tipo de política para que los haitianos despejen escenarios criollos, me preocupa.
Recordemos que el ex Presidente Leonel Fernández, debido al flujo de estudiantes universitarios de Haití a RD, construyó una universidad en Haití y no sabemos en que usan este edificio. Actualmente, los haitianos están laborando en nuestros sectores agrícolas, de la construcción, etc… ¿Irán a mejorarle la infraestructura de estas áreas para que laboren en su país? A veces, asumimos responsabilidades que no atacan las raíces de los males.
Cada paso de nuestro gobierno con Haití, debería ser cuidadosamente analizado. Debe obedecer a un plan claramente definido. Urgen soluciones que eleven el nivel de vida y cuiden la soberanía, de estas naciones.
Los haitianos indocumentados, buscando sobrevivir, entran con facilidad al país. Lamentablemente, de su pobreza se aprovechan algunos empresarios e instituciones dominicanas, que buscan mano de obra barata, aunque desplacen la dominicana y pongan en peligro la soberanía. No se esta pensando en el desarrollo nacional, sino en el bienestar de un grupo. El gobierno los complace, pues lo apoyan en todo, hasta con los remiendos, propagandas, como hospitales, etc. Con este sistema institucionalizado, hay una invasión de haitianos. En lugar de iniciar planes para independizarnos de Haití, profundizan las contradicciones.
¿Por que no ponen un muro y controles efectivos en la frontera? Parecería que para facilitar el ingreso de los haitianos que necesitan los empresarios, la delimitan con mecanismos inseguros: árboles, alambres y soldados con necesidades insatisfecha.
El presupuesto de los hospitales de los pueblos fronterizos del país, se gasta atendiéndolos, especialmente las parturientas. Ahora al gobierno, le ha surgido la brillante idea de construir hospitales en la frontera, del lado haitiano. El empresario y Canciller, Miguel Vargas, esta feliz con ese proyecto: lo pondrá a viajar, se reunirá con mandatarios y los convencerá de que dando esa limosna a Haití, lucirán generosos y por supuesto, tranquilizará sus colegas, los empresarios dominicanos. ¿Evitarán que entren a parir en el país?
Si desean ayudar Haití ¿Por qué no construyen los hospitales en el centro de sus ciudades? ¿Por qué no le facilita mecanismos para que controlen la natalidad? ¿Por que no le gestionan financiamientos en organismos internacionales para impulsar el desarrollo económico, social y abrir fuentes de trabajo, en el corazón de Haití?
A mi juicio, estas instituciones de caridad en la frontera, son paliativos demagógicos, evaden atacar los males.
Urge un plan global, con metas claras. Vienen a mi mente, dos alternativas. La primera,… si cada nación desea ser libre y soberana, deben poner controles efectivos en la frontera y cada una, con sus recursos, ocuparse de “su jardín”. La segunda,… si desean que la isla sea “una e indivisible”, procede continuar poniendo instituciones de caridad en la frontera, universidades, hospitales, facilitar el paso de indocumentados para ayudar empresarios, etc., Esto es un puente. Mantiene latente el proceso de unión de la isla.
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