Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Hoy quiero comentarles un poco de la historia de mi vida.
Yo estudie en un colegio Metodista, primer lugar porque quedaba cerca de mi casa, después porque mis padres trabajaban muy duro para que yo estudiara en un colegio donde todo era en inglés, y así aprendería ingles mucho más rápido.
Me recuerdo como si fuera ayer, que todos los días al comenzar íbamos a la Capilla a ofrécele a Dios nuestro día.
Como a los 4 años porque, mi padre que en ese entonces era militar me puso en una academia militar, para que yo fuese militar como él.
No fue hasta los 20 años que conocía a la que hoy es mi esposa por 54 años que lo encontré y nunca me he separado de él. Trabaje en este bello país como voluntario en la Arquidiócesis de Santo Domingo, en la oficina con el Monseñor Vargas. Ahí conocí al que hoy en día es Obispo Auxiliar de esta Arquidiócesis el Padre Jesús Castro Marte quien me pidió que fuera a una parroquia que en aquel entonces se llamaba La Visitación, y que ahora se llama la Iglesia de la Nuestra Señora del Carmen y que pertenecía a la que entonces era su Iglesia San Juan Bautista de la Salle.
Fueron los 6 años más felices de mi vida, en ella conocí mucha gente humilde, pero la que más recuerdo era una Señora que era de otra religión Cristiana, y ella siempre que pasaba por ahí me saludaba, un día la mande a pasar y ella acepto.
Su nombre era Cacha, Nos pusimos a conversar y ella lo primero que me dijo que ella no era Católica, pero que tenía una fe en Cristo Jesús ciega. Yo le dije que yo era Católico, y también le dije que nosotros teníamos nuestra basada en Cristo Jesús, que los hermanos separados, creían que los Católicos creíamos en Mickey Mouse.
Un día me invito a su casa a tomar café, y en la sala lo primero que vi fue un retrato de quien había sido su mama aquí en la tierra, me conto lo buena que ella había sido con ella, y que le enseñaba cosas de su fe. Enseguida caímos en porque nosotros los Católicos teníamos tantos Santos en nuestra Iglesia, y yo le dije nosotros recordábamos a nuestra madre aquí en la tierra, teníamos fotos de ella pero que también nosotros recordamos, a nuestra madre celestial que está en los cielos de esa manera, ella se quedó callada, no me dijo ni si, ni no.
Siempre la recordare con mucho cariño. Primero porque era mayor que yo, y después porque siempre me decía: Pon tu fe en Jesús que todo o puede. Ya no está aquí entre nosotros, pues se fue al lugar que Dios tenía preparado para ella. Siempre que necesitaba un consejo, iba donde ella, y ella me lo daba.
Termino con esta lectura tomada del Evangelio de San Mateo, Capitulo 25, Versículo 35 que dice así: “Porque estaba hambriento y me disteis de comer, sediento y me disteis de beber, era un extranjero y me hospedaste”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.
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