Hay violencia y corrupción por doquier. Significa que hay enfermedades de fondo, en la esencia, en las raíces, en el alma de la sociedad. Parecería que todos los estamentos del Estado evaden combatirlas.
Muchos legisladores esquivan leyes que organicen la nación; necesitamos poderes judiciales independientes, para castigar corruptos; y que el gobierno, con firmeza y coraje, limpie las instituciones y controle la inmigración ilegal. Urge ¡planificar el desarrollo! y secar las fuentes que enseñan a ser delincuentes.
No hay forma de que la población conozca lecciones ejemplares que hablen de justicia social, que abran caminos para salir de la pobreza, que despierten esperanza. Por lo contrario, tantas lecciones negativas desde las alturas, son células que se inyectan, fomentando la violencia, el irrespeto.
Han mandado a las calles “patrullaje mixto” guardias y policías para combatir el crimen y la inseguridad ciudadana. ¿Pueden hacerlo? ¿Podrán detener y secar las fuentes de violencia? ¡Claro que no!! Están para detener los “frutos podridos” a su alcance. En cuatro días recogieron mas de 3000, pero son intocables los predios donde se siembra el árbol de la desigualdad social, de la injusta distribución de la riqueza, y esto, vuelve la población violenta.
Si realmente se desea un desarrollo armónico, procede hacer una reingeniería de toda la estructura social:
1- Controlar la inmigración ilegal, que complica el país. Ayuda poner un muro de concreto en la frontera. Pensar en el pueblo, no en complacer empresarios.
2- Que las instituciones funcionen con criterios normativos: eliminar la duplicidad de funciones, no perder de vista las necesidades básicas del pueblo, eliminar las “botellas”
3- Limpiar el Congreso: reducir el número de legisladores, hacerlo funcional; eliminar los barrilitos que usan para campaña permanente; obligarlos a concentrarse en hacer leyes y fiscalizarlas, que contribuyan al bienestar de la nación. Así tendrán tiempo para la Ley de Partidos, entre otras.
4- Adecentar la justicia. Que no fortalezcan la delincuencia, evadiendo castigar los que roban millones del pueblo, mientras actúan con los que toman un salami para combatir el hambre en sus hijos.
5-Que las iglesias ataquen, los males en los poderosos. Los infelices no pueden pasar la vida orando y esperando, sin una ayuda efectiva como la que dio Jesús cuando tomó el látigo para sacar los mercaderes del templo.
6-Que los partidos políticos asuman su rol de instrumento de cambios positivos y dejen de ser centros comerciales al servicio del mejor postor.
7- Que el “Gabinete Social” y sindicaturas, motiven la formación de centros vocacionales en comunidades de campos y barrios, para organizar la población, hacer actividades educativas, deportivas, enseñar oficios a niños, jóvenes y adultos; para contrarrestar los antivalores, la delincuencia.
8- Los funcionarios estatales deben ser parámetros ejemplares. Deben evitar contrarrestar el esfuerzo de los padres de familia por educar los hijos en buena lid. El rápido enriquecimiento, mansiones, carros de lujos, salarios desproporcionados, envían un mensaje que deforma la juventud, invitan a la delincuencia.
9- Los empresarios no solo deben pensar en como obtener mas beneficios, sino en la patria. Duele que por buscar mano de obra barata, fomenten la unión de la isla, poniendo atractivos en la frontera.
Estas son, algunas de las raíces de los males que debemos combatir para erradicar la delincuencia. El patrullaje mixto no es la solución. ¡No pueden atacar las raíces! Es un paliativo para serenar incautos, para intimidar. Hacen lo que pueden, necesitan una profilaxis. Aun así, aparecen legisladores, hablando de interpelar al Jefe de la Policía por su manera de actuar. Como diría Jennifer ¿Y ustedes, pa cuando?. . ¡Que bárbaros!
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email