Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Yo siempre he confiado en el amor de Dios, y nunca me ha fallado. Cuando le pido una cosa y no me la concede es porque no me convenía, pero no me doy cuenta de eso hasta más tarde, y no somos capaces de darle gracia a Dios porque no me la concedió, es que somos malagradecidos.
Llego a mis manos una historia que quiero compartir con ustedes, y dice así: Me toco luchar muchísimo para que Dios mi diera el primero de mis hijos. Logrando eso me sentía la mujer más feliz del mundo. Cuando mi hijo iba a cumplir dos años, decidí hacerme una cirugía en el ojo derecho, para dejar de usar lentes de contacto. Mi ojo quedo impresionante mente destruido, mi ojo quedo sin vida, apenas podía ver por un solo ojo el izquierdo.
Sentía vergüenza con mi hijo, con mi esposo y sus padres. Tenía miedo a que mi hijo me cogiera temor de verme así. Me volví contra Dios; le preguntaba muchas si estaría orgulloso de tener una madre así. En el kínder se burlaban del porque su mama no tenía el ojo derecho y lo tenía negro, y con todo y eso me costó salir adelante, y luchar.
Unos dos meses más tarde mi hijo sufrió un accidente en su ojo derecho, fue en el mismo ojo donde yo sufrí el mío, se encajó un palo para piñatas, brinco y cayó al suelo con el palo en el ojito. Ese día fue un caos total, después de un chequeo, me dio la triste de que había que operarlo ya que la córnea había sufrido un daño.
Me dijo que volviera una semana después mientras le receto un medicamento para el dolor. Durante la semana sentí que Dios se había olvidado de mí, pero un día me arme de valor y con el corazón le pedí que me ayudara, le dije: Señor mío, ti pido, te suplico, que tomes el ojo que me queda, pero sana a mi hijo, Tu que todo lo puedes hazlo. Conté hasta 3 y nada paso yo seguía viendo por mi ojo izquierdo. Mi fe se fue al suelo nuevamente; al pasar la semana fuimos al médico nuevamente, él no sabía que ojo había sido dañado ya que ninguno tenia rastro de nada…Ese fue mi Padre Celestial. Comprendí que Dios sí me había tomado la palabra.
Más tarde, sin esperarlo nació mi hija Estefanía. ¿Qué más le puedo pedir a la vida? Estoy muy agradecida a Él por darme toda la Fe y Confianza en su amor que es eterno y de su misericordia divina e infinita.
Fue una historia real de: Nancy Sánchez.
Termino con estas palabras tomadas del Evangelio de San Juan, Capitulo 6, Versículo 29 que dicen: “Jesús les respondió: Esta es la obra de Dios, que creáis en aquel que nos ha enviado”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email