Un cordial saludo a todos mi queridos lectores.
Vale la pena…Cada espina, cada rosa…Cada lágrima que riega lo que florecerá en sonrisa…Porque la vida es maravillosa…No importan las penas no importa el desamor…Porque todo pasa y el sol vuelve a salir.
Hay momentos que sentimos que todo nos sale mal, que nuestras vidas se hunden en un abismo tan profundo, que no se alcanza a ver ni una pequeña luz. En ese momento es que tienes que buscar a Dios. En estos momentos debemos retomar nuestro coraje, nuestra fuerza y luchar por salir del hueco donde estamos, y salir adelante.
Muchas veces nos hemos preguntado si vale la pena entusiasmarse de nuevo, y solo una cosa puedo contestar: Que hagamos que nuestra vida valga la pena. Vale la pena sufrir, porque por sufrir, ha aprendido a amar con todo mi corazón. Vale la pena darlo todo, porque cada sonrisa y lagrimas he encontrado a Dios.
Vale la pena agachar la cabeza y las manos, porque al levantarlas seré más fuerte de corazón. Vale la pena una lágrima, porque ella es el filtro de mis sentimientos, y es a través de ella que me reconozco frágil y me muestro como soy.
Vale la pena el cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad. Vale la pena levantar de nuevo la cabeza, porque una sola mirada podría llenar ese espacio vacío.
Vale la pena volver a sonreír, porque eso demuestra que he aprendido algo que no sabía. Vale la pena acordarme de las malas cosas que me han pasado, porque si no fuera así, no fuera quien soy hoy en día.
Vale la pena mirar hacia atrás, porque así se qué dejado huellas en los que vienen detrás de mi. Vale la pena vivir la vida, porque cada minuto que pasa nos da la oportunidad de empezar de nuevo.
Vale la pena, las palabras, y letras entrelazadas con el fin de dar una idea. Lo demás depende de cada uno de nosotros.
Dejemos que nuestras acciones hablen por nosotros. Hagamos que nuestra vida valva la pena vivirla. Seamos felices…Verdad que vale la pena vivir con Dios en el corazón.
Los dejo con esta lectura tomada del Libro de los Proverbios, Capitulo 3, Versículo 27 y 28 que dicen: “No niegues un favor a quien lo necesita si está en tus manos hacérselo. Si tienes, no digas al prójimo: Anda, vete; mañana te lo daré.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.
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