La bien ganada credibilidad de un medio no está sujeta a fallidas manipulaciones y mucho menos cuando las distorsiones encuentras eco, de forma artera y con manifiesta malignidad, en algunas instancias.
Como ocurre en las turbulencias, en el momento inicial de estas maniobras se genera un ambiente de dudas, pero en algún momento la serenidad retorna y la gente de opinión independiente puede recuperar su capacidad de evitar que se le confunda.
A pesar de las intenciones perversas de aquellos que tienen que recurrir a malas artes porque no pueden competir en buena lid, la realidad aflora porque se impone en todo su contexto por encima de interesados enfoques e interpretaciones.
Decimos esto a propósito del escándalo que se ha querido formar en torno a un video captado por las cámaras de SIN, en que el ex presidente Hipólito Mejía y su seguridad aparecen en un hotel junto a dos equipos de prensa que lo entrevistaban.
Se ha pretendido atribuir a SIN una intención de proteger a Mejía al no difundir de inmediato dicho video, lo que constituye una burdo e insostenible propósito, sólo comprensible por las bajezas que se mueven en algunos corrillos de la política vernácula.
El susodicho video, objeto de una controversia forzosamente fomentada por quienes buscaban objetivos más allá del interés de que se conozcan hechos de relevancia, ha sido pasado en varias ocasiones por nuestros medios televisivos y esta “colgado” en nuestro portal, como se suele decir en el lenguaje propio del ciberespacio.
La difusión de dicho video se ha hecho en Servicio Informativo Nacional sin comentarios ni señalamientos que puedan inducir al televidente a llegar a determinaciones interpretaciones o juicios de valor, ya que las imágenes y el audio hablan y se explican por sí mismo.
En consecuencia, es totalmente falso que SIN haya tenido algún interés en ocultar dicho video y mucho menos por razones de preferencias hacia algún sector de la política partidaria.
La trayectoria de SIN a lo largo de siete años de servicio informativo serio y profesional a la sociedad dominicana ha demostrado que nuestro compromiso es con la libertad de información y una invariable identificación con los mejores valores nacionales.
No tenemos preferencias ni animadversión alguna con dirigentes, candidatos ni partidos políticos, no importa sus denominaciones, en lugar en que los sitúan las encuestas y si obedecen a directrices del Gobierno o de la oposición.
Ninguna manipulación logrará apartar a SIN de su filosofía informativa y editorial por parte de quienes inútilmente tratan de atentar contra un respeto y una credibilidad que se ha ganado a través de un ejercicio de integridad que no puede ser descalificado con infamias.
Estamos en contra tanto de la censura como de quienes quieren erigirse en censores de la labor de los demás.
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