Un nuevo modelo educativo

Recién concluyó el pasado fin de semana el vigésimo tercer Congreso Internacional Aprendo que cada año, de manera continua, organiza y convoca EDUCA con el patrocinio del Banco Popular Dominicano contando con la participación de destacados expositores nacionales y extranjeros como un aporte significativo para contribuir al mejoramiento de la calidad de la enseñanza en el país.

Con ese motivo, el director ejecutivo de EDUCA, Enrique Darwin Caraballo, acaba de rendir un detallado informe sobre los resultados de tan importante evento, donde como conclusión fundamental se establece la necesidad de implantar un nuevo modelo educativo en el país en sustitución del actual a todas luces obsoleto y de demostrada ineficiencia docente.

Dado que se trata de un tema de suma importancia y alto nivel de especialización, dejemos que sea el propio Caraballo, con todo el aval de su experiencia y dominio del mismo, quien exponga las razones y propósitos de la propuesta.

Tal como señala el director ejecutivo de EDUCA, no obstante el significativo aporte del 4 por ciento, las sucesivas mejoras salariales e incentivos otorgados a los maestros, las miles de escuelas construidas y remodeladas, los uniformes y libros entregados a los alumnos, las computadoras y otros equipamientos así como demás aportes materiales y la tan pregonada tanda extendida los niveles de aprendizaje no han mostrado mejoría.

A siete años del inicio de lo que se ofreció como una promisoria etapa de avance hacia la meta de una educación de calidad,  los limitados logros obtenidos hasta ahora distan de compensar los cuantiosos recursos aportados por el Estado, y el mismo Pacto por la Educación ha sido continuamente violado a partir del compromiso contraído de no perder un solo día de clases.

Caraballo recuerda una realidad axiomática y es que “una educación de calidad exige aprendizajes de calidad”, y a renglón seguido agrega “partimos de la base de que no se pueden pretender resultados diferentes si continuamos haciendo las mismas cosas de la misma manera”.

Sin embargo, un nuevo modelo educativo requiere también de un nuevo modelo de maestro. Al trazar su perfil advierte que el docente actual “motiva, entrena y detecta talento, reta a sus estudiantes, estos a su vez fomentan  la inteligencia que permite controlar su aprendizaje y tolerar el fracaso como proceso innovador”.   Es obvio que en nuestro caso, solo un número muy contado de nuestra actual plantilla docente dispone de esas habilidades.

Lamentablemente el apretado espacio de una columna periodística  no da oportunidad para acoger con la debida  extensión tan valiosas opiniones y recomendaciones sobre un tema de tanta trascendencia, por lo  que es de esperar las mismas sean objeto de más amplia divulgación.  Y sobre todo que no caigan en el vacío.

Vale reconocer nuevamente a EDUCA por los valiosos aportes que ha venido haciendo durante todos estos años para contribuir a mejorar los procesos de aprendizaje en el país, e insistir una vez más que el futuro dominicano  y el propósito de poder construir una mejor nación  está ligado y  depende en gran medida de poder contar con una educación de calidad de la cual nos separa todavía una gran distancia.