REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Uno de los requisitos para que China «recupere la normalidad» es que la tasa de letalidad del coronavirus SARS-CoV-2, que actualmente se halla en el 1 % «caiga hasta alrededor del 0,1 %», declaró este sábado el epidemiólogo chino Zhong Nanshan, citado hoy por el portal de internet Sohu.
Una vez se haya hecho realidad ese descenso, Zhong señaló que el R0 -que describe la intensidad de una enfermedad infecciosa- debe hallarse entre 1 y 1,5 para que la sociedad china vuelva a la normalidad.
Aparte de estos dos requisitos, el experto, una de las voces más respetadas en China en lo referente a la pandemia, insistió en la importancia de las medidas de prevención y control, entre las que destacó la vacunación universal para lograr la inmunidad colectiva, la normalización de las medidas de prevención entre los vecindarios y el desarrollo de tratamientos efectivos.
Según datos proporcionados por Zhong, 1.125 millones de ciudadanos chinos han recibido la pauta completa de vacunación, cifra que representa el 79,7 % de la población.
Gracias a las vacunas, la tasa de letalidad por el coronavirus «se mantuvo en cero» en los brotes de la variante delta originados en las ciudades de Nankín y Cantón este año, apuntó Zhong, que recordó la importancia de acelerar la vacunación «entre los mayores de 70».
Zhong cree que no será necesario «ajustar» las vacunas existentes para la reciente variante ómicron, cuyo desarrollo se necesita estudiar «durante las próximas dos o tres semanas».
China aplica una política de tolerancia cero contra el coronavirus y lleva a cabo análisis masivos y limitaciones de movimientos allá donde se detecta algún caso.
Fruto de dicha política, las fronteras del país permanecen cerradas para los turistas extranjeros desde marzo de 2020 y cualquier viajero que entre en el país ha de pasar por una cuarentena de un mínimo de 14 días en un hotel costeado por él mismo.
El Gobierno también detuvo la expedición de nuevos pasaportes para desalentar que la población salga del país por motivos no esenciales.
Las autoridades chinas han hecho de su gestión de la pandemia uno de sus mayores orgullos: según las cuentas oficiales, desde el inicio de la pandemia, se infectaron 99.142 personas en el país, entre las que 93.470 han logrado sanar y 4.636 fallecieron.