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Batalla Electoral 2024

A Damian Jimenez

En los corazones de la membrecía del Partido Comunista Dominicano, con quienes compartiste largas, intensas y fructíferas jornadas de lucha.

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No hay despedida, querido camarada, porque te quedas entre nosotros/as.

En los corazones de la membrecía del Partido Comunista Dominicano, con quienes compartiste largas, intensas y fructíferas jornadas de lucha.

En el alma de un pueblo que por su liberación dedicaste energías y talento, sin reparar en riesgos y sacrificios.

Te seguimos viendo participar -todavía adolescente- en la primera célula comunista del Liceo de San Juan de la Maguana y en el Comité de Dirección del PCD de esa, tu ciudad natal; siempre junto a las luchas estudiantiles y campesinas de tu región.

Eres inseparable de la historia del Comité Julio Antonio Mella, en el que militaste cuando viniste a Santo Domingo e ingresaste a la UASD. Igual de los esfuerzos fundacionales FUERZA JUVENIL POR EL SOCIALISMO-FJS.

En Budapest, en la Federación Mundial de Juventudes Democráticas (FMJD), donde también estuvo Orlando, te forjaste como internacionalista, conquistaste el amor de tu vida y sentaste las bases de tu linda familia dominico-húngara.

Es imposible ponderar la trayectoria del Comité del Distrito Nacional del PCD sin reconocer tus aportes al frente del mismo.

Es difícil contar, cuando el “alemán” asalta, todos los días de clandestinaje y prisión, los innumerables momentos de confrontación y riesgo de muerte.

No olvido sí, que junto pasamos -con Silvano, Lunita (Ramón Luna Cornelio, caído en El Salvador) y otros camaradas- seis intensos días en el destacamento policial de la Bolívar con Rosa Duarte, solo por reclamar cárcel para los asesinos de Orlando.

Tú sigues en la casa de ladrillo de la avenida Independencia y en nuestro Comité Central.

Tú sigue en el PCD y en las izquierdas consecuentes.

Sigues en su equipo de finanzas administrando y generando fondos con ejemplar pulcritud.

Bregando con Hablan los Comunistas te hiciste impresor y desde allí desplegaste tu vocación solidaria hasta días recientes.

En verdad no hay solicitud de apoyo que te negara a dar.

Militabas aunque ya estuvieras en células y comités.

Bregando con Alfredo Pierre, Silvano Lora y Carlos Sangiovanni te contagiaste de una sensibilidad artística especial y ha sido parte de hermosas iniciativas culturales.

Al momento del salto a la inmortalidad de aquel fiorm9idable camarada y gran quijote del pincel, te incorporaste con especial pasión al Taller de Arte Publica-Fundación Silvano Lora, y tanto, tanto, lo apreciaste que decidiste permanecer abrazado a él.

Militabas sin necesidad de un mando.

Como Silvano, como Orlando, camarada, no hubo luchas, no hubo marchas, no hubo causas justas en la que hayas participado antes, durante y después; y no las habrá en las que no sigas participando.

Eres de los de ayer y de siempre.

Seguirás militando en el socialismo verdadero.

Por eso no hay despedida, solo un abrazo eterno.

No hay adiós, solo ¡HASTA SIEMPRE!, querido camarada.

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