Redacción. – A quince días del colapso del techo de la discoteca Jet Set, donde fallecieron 232 personas y al menos 180 resultaron heridas, la llamada “zona cero” se ha convertido en un punto de duelo y reclamo ciudadano. Aún conmocionados por la magnitud de la tragedia ocurrida la madrugada del martes 8 de abril, decenas de visitantes —incluyendo turistas extranjeros— se han trasladado al lugar para rendir homenaje a las víctimas.
Aunque ya quedan pocas velas encendidas y la mayoría de las flores han marchitado, el sitio permanece bajo vigilancia policial. Las fotografías de las víctimas, colocadas por familiares y amigos, invitan al silencio y la reflexión. Muchos de los presentes han pedido al Estado asumir su responsabilidad y establecer controles más estrictos sobre las construcciones públicas y privadas, para evitar que hechos como este se repitan.
“Uno siente el frío del lugar, el peso de lo que pasó aquí”, expresó una mujer visiblemente afectada, llegada desde Elías Piña. “Aquí murieron una madre y su hija de mi pueblo. Es muy duro. A cualquiera le pudo tocar”.
Las críticas también han surgido en torno a la falta de señalización precisa del punto exacto donde ocurrió el colapso. Familiares denuncian que esta omisión podría generar complicaciones legales en el futuro. “Debe quedar claramente establecido dónde murieron esas personas. Es una cuestión de respeto y de justicia, especialmente si se van a emprender acciones legales”, señalaron voceros del colectivo Los Jaineros Época Dorada, que ha convocado para este jueves una vigilia-manifestación en el lugar del siniestro.
La agrupación exige que se esclarezca con total precisión el sitio del colapso, advirtiendo que omitir este dato podría entorpecer procesos judiciales y demandas que podrían formalizarse en los próximos meses.
La tragedia del Jet Set ha dejado una profunda herida en la memoria colectiva del país, donde muchos consideran que la nación aún debería estar en luto. A medida que avanza la investigación, crecen las voces que piden no solo justicia, sino una revisión urgente de las normativas que regulan la seguridad en espacios públicos.