Me sumo plenamente al llamado que han hecho los obispos católicos para que el proceso de primarias que celebramos este día transcurra de manera participativa y en paz:
“…hacemos un llamado a la sensatez para que los procesos electorales se desenvuelvan dentro de un clima civilizado que reflejen nuestra madurez y crecimiento democrático. En tal sentido, recomendamos tener en cuenta los siguientes aspectos:
“Llamamos al pueblo a una participación respetuosa, responsable y libre.
“Una vez más recordamos que el voto es un derecho, un deber y un ejercicio de conciencia. “Por tanto, es inconcebible el clientelismo y el soborno.
“Hacemos un llamado a los líderes y al pueblo en general a respetar los pactos y procesos entre los actores involucrados; tomando como referencia la institucionalidad establecida en la “Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos (Ley No. 33-18) y la Ley Orgánica de Régimen Electoral (Ley No. 15-19).
“Que la Junta Central Electoral (JCE) continúe dando muestras de credibilidad para fortalecer la confianza que el pueblo ha depositado en sus miembros”.
Los resultados de lo que ocurra en las 7,372 mesas habilitadas en 3,890 recintos deberían conocerse en la misma noche de hoy, y no hay razones para que los actores del proceso intenten desconocerlos.
El proceso es novedoso, y, en el caso del Partido de la Liberación Dominicana, reñido pero hay un árbitro independiente que no ha dado la menor muestra de parcialidad, que es la Junta Central Electoral que debe recibir el respaldo de la población.
Los resultados, en uno u otro sentido serán un laboratorio importante para los estudiosos y profesionales del marketing político.
¿Cuál será el factor de mayor peso en la determinación de los electores que concurrirán al proceso abierto del PLD?
Desde que el presidente Danilo Medina descartó una nueva modificación constitucional para un tercer período advertí que la coyuntura asemejaba con esos momentos de nuestra democracia en la que el rumbo señalado por un presidente que no puede repostularse ha sido decisivo, constituyéndose en las únicas oportunidades en que ha emergido una figura nueva.
Pero tanto se sabe sobre los factores que terminan decidiendo la inclinación mayoritaria del voto, que nadie puede decir que las dominas, puede instruirlas o imaginarlas, pero resultan muy subjetivas.
Podría citarse como primera el nivel de simpatía que despierte el aspirante, pero resulta que el voto en países con amplios niveles de desigualdad no resulta tan espontáneo, por lo que la simpatía tiene que ser acarreada a la urna en un proceso en el que puede afectarse.
No pocos piensan, sin menospreciar la simpatía, que lo más importante es la maquinaria con la que cuenten los aspirantes, y no puede haber maquinaria eficiente sin logística.
Otro elemento agregado es el del poder, que tiene un peso electoral que ha quedado evidenciado aún en las peores circunstancias.
Que no debe obviarse el peso de las figuras que protagonizan la confrontación electoral, pero el tener esa ventaja no ha evitado la derrota, como lo demuestra el caso de una figura como la de José Francisco Peña Gómez perdiendo unas elecciones de un político hasta entonces desconocidos y con una plataforma electoral sin calaje popular.
La suerte está echada, cualquier cosa pudiera ocurrir, lo importante es que aprendamos a perder y a ganar, conociendo los resultados con prontitud y transparencia,y el país no se efecte.