Desde antes de que Mambrú se fuera a la guerra, cuando se está perdiendo una batalla a veces se manda la corneta a “tocar la retreta” o retirada para salvar vidas, municiones y equipo militar. Cuando los partidos políticos hacen agua y se presiente su hundimiento, se abandona la lucha para preservarse para futuras contiendas.
Eso parece que hizo el renunciante Pedro, hermano del eterno aspirante presidencial peledeísta Francisco Domínguez Brito, en una dura carta a Danilo Medina, denunciando muchísimas lacras que quizás habría callado si en vez de Abel se hubiera elegido candidato a Francisco. Cada uno sabe dónde pone su lealtad y sus convicciones pues, como me dijo una vez Bonillita, “la gratitud no es eterna”.
Su torpedo de renuncia apunta sólo hacia Danilo, sin mencionar a quien presidió el país tres veces y al PLD hasta formar su FUPU antes de las elecciones pasadas. Ciertamente hay muchísimos peledeístas desencantados ante la magnitud de los escándalos y procesos. Pero irse como ánima espantada horas después de perder –otra vez— luce feo…
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