A un mes de la tragedia del Jet Set, sobrevivientes y médicos narran el horror tras colapso

Esta tragedia no solo marcó a sobrevivientes y familiares, sino también al personal médico que, más allá de su deber, enfrentó el dolor humano de cada historia.

Santo Domingo.– Santo Domingo.- A un mes del trágico colapso del techo en la discoteca Jet Set, los testimonios de sobrevivientes y personal médico que asistió a las víctimas revelan el profundo drama humano detrás de la catástrofe que cobró la vida de 233 personas y dejó más de 150 heridos.

Elena Almánzar, médico y sobreviviente, relató entre lágrimas cómo perdió a su esposo, su cuñada y varios amigos cercanos.

Almánzar relató durante una entrevista para El Informe con Alicia Ortega, que la noche del suceso llegaron temprano al lugar porque su esposo, Luis Guillén, debía entregar las boletas al resto del grupo.

“A veces pienso si murió de una vez, si pensó en mí en sus últimos momento. Yo le pido perdón a Dios y le agradezco por sacarme viva, pero no encuentro consuelo, como que no encuentro salida», manifestó.

“Vinimos contentos, con mucha alegría. Cuando llegamos no había nadie aún en el Jet Set”, expresó.

Narró que el momento más difícil es recordar cuando llegó al Jet Set y entró al lugar tomada de la mano con su esposo, sin imaginar que sería la última vez que lo vería con vida.

Contó que durante el colapso, quedó atrapada bajo los escombros por aproximadamente dos horas.

“Todo quedó oscuro, parecía que había ocurrido una explosión. Luego encendieron las luces y fue cuando empecé a ver el panorama. Escuché gritos desesperados, los míos también, pensaba que me estaba desangrando», indicó.

Almánzar dijo sentirse impotente al recordar que, de no haber sufrido una herida en la cabeza, habría podido ayudar.

“Yo como médico, si no hubiese estado herida, hubiese servido de soporte, habría ayudado y yo sabía cómo estaba vestido, lo hubiese buscado», explicó.

“Yo a veces pienso que si ese techo no se viene debajo de una manera tan rápida, ellos tal vez estuvieran con vida, porque le hubiese dado tiempo a salir, porque estábamos cerca de la salida”, aseguró.

Dijo que entre las víctimas también se encontraba la pareja Gloria y Eddy, quienes habían regresado desde Estados Unidos para establecerse en el país y se habían unido recientemente al grupo.

Patricia Ovalles, sobreviviente del colapso en el centro de entretenimiento Jet Set y miembro del grupo Haineros en Época Dorada, relató entre lágrimas los momentos previos y posteriores a la tragedia que le cambió la vida para siempre.

Patricia contó durante una entrevista para El Informe con Alicia Ortega, que había llegado desde Nueva York el domingo 6 de abril, específicamente para asistir al encuentro del grupo con el merenguero Rubby Pérez.

“Esa noche todo el mundo estaba muy lindo y era tirándose fotos”, recordó Patricia.

Manifestó que ella y sus amigos fueron de los primeros en llegar y que mientras esperaban a los demás, comenzaron a enviar fotos y videos a sus familiares y amigos en Haina.

Dijo que a las 12:15 de la noche, Patricia le envió una nota a Rubby Pérez anunciando su presencia junto a sus compañeros. El artista, al recibirla, expresó con emoción: “Mi gente de Haina, el grupo de la época dorada, ¿dónde están los muchachos?”

Contó que minutos después “Mayra fue donde nosotros uno por uno y nos dijo que estaba cayendo mucha agua en la pista de baile. Yo seguí grabando y ahí salió una lona grande botando agua”, narró.

Patricia dijo que lo siguiente que ocurrió fue un estruendo: “Eso fue una explosión, como si hubiese explotado un transformador”.

Ovalles aseguró que quedó atrapada bajo los escombros por siete horas. “Fue duro. Yo sentí que algo me cayó encima y dije ‘ay, mi hijo’ tres veces. Vi todo el desplome. Fue una luz que me cortó la cabeza”.

Narró que intentó mantenerse consciente y que usó una piedra para partir una lámpara y generar ruido, con la esperanza de que alguien la escuchara.

Indicó que a su lado estaba su amiga Isabel, quien falleció tras hacer tres convulsiones. “Yo le dije: ‘Vete con Dios y que Dios te perdone’. Ahí yo dije: ‘Dios mío, perdóname’”.

Detalló que cuando los rescatistas la localizaron, no pudieron usar maquinaria pesada por el riesgo de aplastarla.

“Ellos me decían que respirara por la boca y la nariz. Me metieron oxígeno y me daban ánimo”, recordó.

Explicó que en un momento logró encontrar su celular bajo los escombros y, con esfuerzo, llamó a su esposo por videollamada para despedirse y pedirle que cuidara de su hijo.

“Eran como siete encima de mí. Calculaban cada movimiento. Un flaquito miró mis pies y me dijeron que estaba peligroso, pero que me iban a sacar”, dijo.

Agregó que: “Me taparon la cara con un abrigo para que no me cayeran piedras. Cuando me quitaron a Isabel, el pie se me enderezó y ahí me entró un frío muy grande”.

la mujer expresó que ya a salvo, le preguntó a uno de los rescatistas quién era. “Soy el comandante Berroa”, respondió él. “Gracias”, le dijo ella, conmovida.

“Los médicos dicen que soy una sobreviviente con mucha suerte. Esto ha marcado un antes y un después en mi vida. Se me murieron muchas personas queridas, pero esta es una nueva oportunidad para yo buscar lo que Dios me tiene preparado… porque por algo me dejó viva”, aseguró.

Marisol Chalas, una de las sobrevivientes del trágico colapso en el centro de entretenimiento Jet Set, relató con emoción cómo logró salir con vida junto a su esposo identificado solo como Víctor, en medio del caos y la destrucción.

Marisol expresó durante una entrevista para El Informe con Alicia Ortega, que el miedo aun la acompaña y que desde aquella noche su vida cambió por completo, y que tanto ella como su esposo viven con un temor constante.

“Ya mi esposo y yo vamos a cualquier lugar cerrado y lo primero que vemos es el techo”, dijo.

Chalas recordó el momento angustiante en que, atrapados entre los escombros, vio a su esposo levantar la cabeza.

“Como yo iba a salir y permitir que lo dejaran a él enterrado… Cuando vi que levantó la cabeza, le dije: ‘Víctor, ¿estás bien?’, y él me respondió: ‘Sí, estoy bien, pero no siento las piernas’”, contó.

“Doy gracias a Dios, Dios nos liberó de eso, porque todos los que estaban al lado mío y al frente se murieron”, expresó.

Relató que en medio de los escombros también se encontraba la doctora Elena, otra sobreviviente.

“Nada más quedó la doctora Elena, porque Patricia no estaba en el lugar cuando ocurrió la tragedia. Pero Elena sí, quedó pegadita a mí, diciéndome que le quitara una piedra de la cabeza», aseguró.

Los médicos también vivieron el drama

La doctora Stephanie Hoogliter, emergenciologa del hospital Ney Arias Lora, relató su testimonio del caos vivido tras la llegada de los primeros afectados a ese centro hospitalario.

“Aproximadamente a las 12:55 de la madrugada un residente me dice: ‘Hoogliter, se cayó el techo de la discoteca Jet Set’. Pensé que era un plafón, no imaginé la magnitud”, relató la doctora durante una entrevista realizada por El Informe con Alicia Ortega.

La doctora explicó que también vivió momentos de incertidumbre personal al no poder contactar a un familiar que trabajaba en el lugar.

“Cinco minutos después me llamó y me dijo: ‘Sobrina, estoy bien, pero esto es una catástrofe’”, dijo.

Narró que en medio del caos, una paciente llegó con una cartera y al revisar los documentos, se descubrió que pertenecía a una empleada del propio hospital Ney Arias, quien posteriormente fue hallada sin vida en el lugar del colapso.

Manifestó que los primeros heridos llegaron entre la 1:40 y 1:45 a.m., transportados por el 911. Uno de los casos más graves era un paciente con trauma craneal, inicialmente asistido en la Clínica Independencia.

“El caos era total. Los pacientes estaban histéricos, preguntaban por familiares, por amigos. Muchos decían: ‘Doctora, hay muchos fallecidos, los que estaban conmigo están muertos’”, narró Hoogliter.

Detalló que la mayoría de los sobrevivientes estaban en los bordes del salón; los que estaban en el centro, no lograron salir con vida.

Aseguró que se puso de acuerdo con colegas de los hospitales el Darío Contreras y Marcelino Vélez, para intercambiar información a fin de orientar a los familiares cuando iban a preguntar por parientes.

La doctora Paloma Castillo, residente de tercer año en Emergenciología y Desastres del Hospital Doctor Darío Contreras, fue una de las médicas que vivió de cerca la emergencia provocada por el colapso del techo en la discoteca Jet Set. Aquel día, que marcó a todo el personal médico que recibió a las víctimas, quedó grabado en su memoria por un detalle que aún la conmueve: los gritos de los heridos preguntando por sus familiares.


“A pesar de que sabíamos que fue el techo del Jet Set, no teníamos idea de cuántas personas estaban dentro ni cuántos pacientes nos iban a llegar”, recuerda.


Castillo relato que la incertidumbre dio paso al caos que los pacientes en condiciones críticas comenzaron a llegar de forma continua: algunos con heridas leves, otros moderados y varios en estado grave.


“Fue muy penoso verlos llegar llenos de sangre, de arena… pero lo más fuerte fueron los gritos preguntando por familiares que estaban con ellos en la discoteca”, cuenta la doctora conmovida.


Dijo que una escena, en particular, no se le borra de la mente: “Un señor llamó a un familiar para decirle que su novia había fallecido. Se sentía muy culpable porque él fue quien la trajo desde Santiago”.


Contó que más allá del dolor físico, lo que predominaba en muchos pacientes era el miedo y la angustia por no saber qué había pasado con sus seres queridos.


Manifestó que con la llegada del amanecer, también comenzaron a llegar familiares buscando respuestas.
“Cuando uno les decía que sus parientes no se encontraban en el centro, la cara de decepción lo decía todo. Perdían la esperanza en ese momento”, relata Castillo.


La doctora también recibió múltiples mensajes y llamadas de conocidos que, desesperados, querían saber si sus familiares estaban entre los atendidos.

Para el doctor Luis de los Santos, jefe de residentes médicos del Hospital Traumatológico Dr. Darío Contreras, la noche del colapso del techo en la discoteca Jet Set fue una experiencia que quedará marcada en su memoria, no solo por la magnitud de la tragedia, sino por el peso emocional de comunicar noticias devastadoras a los familiares de los heridos.


“Lo más difícil fue tener que decirle a los familiares que, a pesar de que se estaba haciendo todo, debían tener claro que el paciente podía fallecer en cualquier momento por las lesiones que tenía”, expresó el médico.


De los Santos narró que en principio no sabía qué tan grande había sido la tragedia, que solo llegaban las noticias de que se había derrumbado el techo del Jet Set.


Detalló que a medida que avanzaban las horas, la gravedad del evento comenzó a tomar forma, con más pacientes llegando en condiciones críticas y más familiares abarrotando el hospital en busca de respuestas.


“La preocupación de los familiares, ver cómo estaban desesperados buscando a los suyos… mientras nosotros teníamos que atender las lesiones y también responder a esas inquietudes, eso fue muy duro”, dijo de los Santos.


“Nos enterábamos de personas que llegaban preguntando por sus familiares y que luego fueron encontrados fallecidos. Por más que uno quería mantenerse fuerte, nos tocaba de una manera muy directa”, indicó.

Uno de ellos fue el doctor Luis Cabrera, jefe de Emergencia del Hospital Traumatológico Dr. Darío Contreras, quien no solo vivió el caos profesional de atender heridos graves, sino también el dolor personal de perder a alguien cercano.

“Murió mi ahijada, ella era como mi hija”, expresó Cabrera, visiblemente afectado.


Expresó que su ahijada era una joven de 28 años y que fue una de las últimas víctimas en ser rescatadas bajo los escombros.


Cabrera explicó que a la 1:50 de la madrugada, recibió la llamada de que se había desplomado el techo de la discoteca y que de inmediato activó el protocolo de emergencia.


“Cuando pasaron las horas, los familiares me llamaron… me enteré que ella estaba ahí. Estábamos en la incertidumbre. Es decir, uno vivió de cerca esta tragedia”, contó.


“Es bueno que la gente sepa que uno lo sufre igualito que el otro. Murieron conocidos, hasta familiares. Tengo muchos amigos médicos que fallecieron. Es lamentable, muy lamentable”, afirmó.


El doctor relató que en las primeras horas llegaron al centro médico dos pacientes en estado crítico: Jonathan Natera, de 46 años, con trauma craneoencefálico, y Katherine Coronado, de 35, con lesiones severas en el cráneo, rostro y extremidades.


“Fue impactante. Uno sufre, aun siendo médico, porque uno tiene hijos”, dijo.


Cabrera explicó que desde la misma noche ya circulaban imágenes en redes sociales y rumores, como el de la desaparición del artista Rubby Pérez.


El médico asegura que su compromiso sigue intacto. “Eso no se borra, pero estaremos siempre a la disposición de hacer este trabajo”.

La doctora Inés Guzmán, residente de tercer año en Emergenciología y Desastres del Hospital Doctor Darío Contreras, fue una de las profesionales que brindó asistencia médica durante la emergencia generada por la tragedia ocurrida en el centro de diversión Jet Set. Sin embargo, lo que no imaginaba era que entre las víctimas se encontraban dos seres queridos muy cercanos.


“Fue catastrófico para nosotros, porque todos los pacientes comenzaron a llegar prácticamente al mismo tiempo”, relató durante una entrevista realizada por El Informe con Alicia Ortega.


La doctora dijo que en eso de las 10 de la mañana, recibió un mensaje de su madre informándole que una prima y el esposo habían fallecido en la tragedia.

“Yo me derrumbé al otro día, en eso de las 10 de la mañana, cuando iba camino a la universidad a inscribir mi tesis. Recibí un mensaje de mi mamá donde me decía que mi prima y su esposo habían fallecido”, indicó.


Hasta ese momento, Inés no sabía que sus familiares se encontraban en el lugar del suceso.

“Eso para mí fue muy difícil, porque lo más lejos que tenía era que un familiar mío estaría ahí”, contó.
Inés explicó lo difícil que fue intentar atender a todos, sabiendo que el personal disponible era limitado y que muchos de los heridos presentaban lesiones críticas.


“Lo más complicado fue tratar de dar una respuesta inmediata, de salvar vidas a pesar de lo complicado que era el escenario”, expresó.


Según explicó, aunque en algunos casos las probabilidades de vida eran mínimas, el compromiso de salvar a cada paciente seguía intacto.

Adalkis Díaz, encargada de enfermería de emergencias del hospital Darío Contreras, relató entre lágrimas cómo enfrentó el dolor de decenas de familias que llegaban al centro en busca de sus seres queridos.


“Uno como madre, como esposa, como tía… te acongojabas con el dolor de cada familia que llegaba buscando a los suyos”, relató durante una entrevista con El Informe con Alicia Ortega.


Díaz cuenta que recibió la llamada a las 3:00 a.m. y, al ver que era del Darío Contreras pensó que algo grave ocurría en el hospital.

“Todos venían con ese dolor hacia donde ti. Y uno con la parte humana los agarraba como si fueran tu propia familia, porque tú sentías el dolor que ellos estaban sintiendo”, dijo conmovida.


“Cuando tomo la llamada, me dice: ‘Licen, la estoy llamando para que se entere que hubo una catástrofe. El Jet Set se derrumbó’”, contó.


Detalló que en un primer momento no asociaba el nombre con la discoteca, pero que después reaccionó y entendió la magnitud del desastre.


Adalkis manifestó que solo repetía en su mente: “Señor, dame fuerza para seguir”.

Esta tragedia no solo marcó a sobrevivientes y familiares, sino también al personal médico que, más allá de su deber, enfrentó el dolor humano de cada historia.