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Batalla Electoral 2024

Absurdos aparentes

El gran abanico no peledeísta está convencido de que ese partido ha montado una dictadura constitucional y los dirigentes del PLD, si bien no la admiten, la ejercen todos los días. Sin embargo, gran parte de la oposición se la pasan hablando de la “democracia dominicana” y actuando como si ésta existiera.

La Constitución del 2010 es madre y padre de la dictadura constitucional y gran parte de los partidos que dicen objetar el régimen no la impugnan, la aceptan y la elogian.

La JCE y el TSE son instrumentos de esta dictadura constitucional y sirven a su continuidad. Sin embargo, la oposición electoral, en lugar de luchar por cambiar la composición de esos organismos, los acepta y recurre a ellos.

La cúpula del PLD evoca más que antes a Juan Bosch mientras trapea el piso con su legado político y moral, haciendo cada día lo contrario a lo que su líder fundador enarboló y practicó.

A una cruzada recién anunciada para imponer la continuidad de la podredumbre se le ha denominado “cruzada ética”. Ella se inspira en la impunidad  de la voluminosa corrupción de ayer y de hoy, e incluye ingentes esfuerzos para atraer al prócer de la moralidad Amable Aristy Castro

Danilo subió diferenciándose aparentemente de Leonel y ahora quiere continuar abrazado a él y pareciéndose a él, con manitas limpias y todo eso. Mientras Danilo imita mucho a Balaguer, el PRSC se le va con Abinader.

El PRM se salió del PRD  “para ser distinto” y cada día se parece más a él. Se dice moderno y se une al PRSC, sigue en su modernidad con “Papa” y los “viejos robles” en primera fila y con los repartos de candidaturas al pecho.

EL PRSC proclama su aversión al “capitalismo salvaje” y Quique se pasó vía spots a la oposición revolucionaria después de 50 años de disfrute en gobiernos nefastos.

Los Vinchos, luego de 20 años de matrimonio con el PLD, truenan contra Danilo, besan a Leonel y descubren todo lo que está mal.

La JCE inauguró una campaña que tiene más de tres años de iniciada.

El petróleo baja y los combustibles suben. Los supermercados y colmados aterran, y no hay inflación. Un Estado en descomposición, con no pocos gatos y buitres en su seno, se dispone a combatir el “sika”  en medio de un país abarrotado de basura.

No son absurdos, sino vagabunderías, sinvergüencerías, por pi-pa.

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