Redacción internacional.- Su nombre era Frederick Ward (Senior) y consiguió crear la mayor discusión en su familia desde la tumba. El veterano de guerra británico falleció a sus 91 años en el 2020. Durante sus nueve décadas en vida, había logrado amasar una considerable fortuna de más de medio millón de euros. En ella se incluye un piso valorado en 450,000 libras (unos 528,000 euros), que dejó en herencia a dos de sus tres hijos, Terry Ward y Susan Wiltshire. El tercero, Fred Junior (Jr.), falleció antes que su padre, en el año 2015.
La herencia no ha llegado a toda su familia, tal y como él estableció en su testamento. Según cuenta el diario británico Daily Mail, el anciano le dijo a su equipo legal en 2018 que estaba enfadado porque sus nietos, hijos de Fred Jr., no le visitaron ninguna de las tres veces en las que estuvo ingresado. El hombre acabó varias veces en el hospital a causa de un problema en sus pulmones.
Son cinco nietas las que se han quedado fuera de la jugosa herencia del abuelo. Al enterarse, Carol Gowing, Angela St Marseille, Amanda Higginbotham, Christine Ward y Janet Pett, le demandaron. Las chicas defendían que tenían derecho a la tercera parte de la herencia, que habría ido a parar a su padre, y que repartirían entre las cinco. Según las hermanas, sus tíos habían manipulado al abuelo para tomar la decisión.
El Tribunal Supremo británico ahora ha fallado a favor del veterano fallecido. Entiende que su testamento es “completamente racional”, dado que el “decepcionado” abuelo mantenía un “contacto muy limitado” con sus cinco nietas. Si bien es cierto que por norma general el fallecido debe dejar un reparto equitativo de sus posesiones entre los hijos, la decisión de limitarlo únicamente a sus hijos vivos “no puede decirse que no sea una disposición razonable que cualquier testador haría”, ha recalcado el juez encargado del caso, en la sentencia recogida por el Daily Mail. Además, el magistrado no ha quedado convencido con las pruebas sobre la presunta intervención de Susan y Terry.
Según las nietas, no visitaron a su abuelo porque no sabían que estaba a en el hospital. Ello se debía, primero, a la asiduidad con la que era ingresado y porque no mantenían ningún contacto con él, salvo “cortas visitas ocasionales” cuando se encontraba en buenos términos con sus hijos Terry y Susan.
Las pruebas aceptadas por el juez muestran que la familia de Fred Jr “no se preocupaba” por el abuelo, que ni siquiera recibió un pedazo de tarta en la boda de una de sus nietas. Por ello, “es probable que, dado el cambio de circunstancias tras la muerte de Fred Jr y el contacto limitado con las demandantes, Fred estuviese decepcionado con las demandantes”, ha manifestado el magistrado.
De la fortuna, las nietas solo han recibido un sobre con cincuenta libras (58 euros) que les repartió su tío Terry.