SANTO DOMINGO.– Joan Ferrer, director de las Ferias del Libro, y Ángela Hernández, encargada general del área de Libro y Lectura del Ministerio de Cultura, afirmaron que la Feria Internacional del Libro en RD es “la más importante de América Central y el Caribe” y se convierte «en una plataforma de acceso a los derechos culturales».
Al participar en el programa El Despertador, explicaron que este año se implementará el programa Bonolibro, que busca promover el acceso a la literatura de calidad. Este programa, que antes consistía en un bono de compra, se ha transformado en un “pasaporte cultural” que permite a los jóvenes canjear libros tras participar en tres actividades culturales dentro de la feria.
Según Hernández, esta modalidad asegura que los participantes accedan a literatura curada y evita el uso del bono para otros fines.
La feria también se convertirá en un espacio de aprendizaje para comunidades de todo el país, a través de talleres y ciclos formativos. Ferrer destacó que estos espacios buscan «desconcentrar la cultura y replicar en lugares alejados de la geografía nacional los aprendizajes adquiridos en la feria”.
Además, ambos dirigentes subrayaron la importancia de la feria como “radiografía de lo que está pasando” en el ámbito cultural y editorial.
Ejemplos de esta diversificación, como las iniciativas de venta de libros en línea, muestran cómo los espacios tradicionales de circulación del libro se están ampliando y adaptando a nuevas realidades.
Para asegurar una experiencia inclusiva y organizada, los directores indicaron que la feria se realizará mayormente dentro de los espacios ya existentes de la Plaza de la Cultura, como museos y bibliotecas, utilizando estructuras externas solo cuando sea necesario para acomodar a los expositores.
Con más de 60 autores internacionales invitados y una amplia programación cultural, la Feria Internacional del Libro en República Dominicana continúa consolidándose como un espacio relevante para la lectura y la cultura en la región.
La feria, que se celebrará del 7 al 17 de noviembre en la Plaza de la Cultura, busca consolidarse no solo por su magnitud, sino como un espacio de acceso a derechos culturales.