Saná.- Al menos 27 personas murieron y varias siguen en paradero desconocido después de que las fuertes lluvias en el Yemen provocaran grandes deslizamientos de tierra en una zona montañosa de la provincia de Dhamar, en el centro del país árabe, informaron este sábado las autoridades locales.
Según la agencia de noticias yemení Saba controlada por los hutíes, los equipos de rescate han recuperado hasta el momento los cuerpos de 27 personas y han logrado salvar a otros ocho heridos, al tiempo que indicó que continúa la búsqueda de al menos tres personas que siguen desaparecidas en el distrito de Wesab al Safil.
Hasta el momento, las lluvias torrenciales que azotaron especialmente fuerte el distrito el viernes por la noche han provocado la destrucción total y parcial de 23 casas, han dañado decenas de viviendas y han arrastrado automóviles y tiendas en varias zonas de la localidad.
Según el gobernador de Dhamar designado por los rebeldes hutíes, Mohamed al Bukhaiti, la mayoría de las víctimas son del pueblo de Al Jarf, donde todas las carreteras de acceso y salida de la aldea quedaron intransitables.
Varios residentes de la zona explicaron a EFE que estas inundaciones repentinas arrasaron un gran número de viviendas, comercios y vehículos en la localidad, mientras que los vecinos se han movilizado para realizar labores de búsqueda y rescate pese a las dificultades de acceso a las zonas más afectadas.
Este suceso se suma a la del pasado día 27, cuando las inundaciones provocaron el colapso de una presa en la provincia de Al Mahweet, en el noroeste del Yemen, y causaron al menos 33 muertos, además de la destrucción de varias viviendas.
El Yemen se enfrenta desde principios de agosto a un temporal de lluvias que está provocando grandes e intermitentes inundaciones en todo el país, que están causando estragos especialmente en las regiones del norte y del oeste.
La temporada de lluvias, que se extiende desde julio a septiembre, se ha saldado este año con más de 130 muertes, según las autoridades locales, y ha provocado la destrucción generalizada de propiedades, escuelas, carreteras y centros médicos, mientras que Naciones Unidas estima que más de 38.000 familias se han visto afectadas.
La Organización Internacional de Migraciones (OIM) ha advertido de que el nuevo brote de cólera registrado en el país se ha visto exacerbado por las inundaciones y, según expertos sanitarios, «el número de casos podría alcanzar los 255.000 en septiembre de 2024»
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