Quito.- Al menos nueve muertos y un número indeterminado de heridos se registró este martes en un puerto pesquero del municipio de Esmeraldas, la capital de la provincia del mismo nombre, en el noroeste de Ecuador y fronteriza con Colombia, según confirmó este martes la Fiscalía del Estado.
El hecho ha ocurrido la mañana de este martes cuando un grupo armado ha abierto fuego contra pescadores que cumplían sus labores habituales en el pequeño puerto.
El Ministerio Público informó en redes sociales que ha hecho el levantamiento forense de siete cadáveres en el Puerto Pesquero Artesanal de Esmeraldas y «dos más en un centro de salud cercano».
Los cadáveres han sido trasladados al Centro Forense de Esmeraldas, mientras las autoridades han desplegado una amplia operación de investigación para intentar «encontrar a los responsables de este crimen», agregó la Fiscalía.
Además, la entidad ha dispuesto examinar un taxi usado en el tiroteo y luego abandonado en el sitio.
«Alrededor de 20 personas, fuertemente armadas, habrían participado en el delito», agregó la Fiscalía de acuerdo a sus primeras investigaciones.
Según varios medios informativos locales, el grupo armado ha llegado en lanchas a la bodega de mariscos del puerto pesquero y ha abierto fuego contra los trabajadores.
De momento no se han precisado hipótesis oficiales sobre el suceso, pero en redes sociales estiman que se trataría de un grupo armado dedicado a la extorsión que intentaría generar pánico entre la población con el objetivo de que se sometan al pago de «vacunas» (cupos) o extorsión por seguridad.
También varios medios digitales apuntan a la acción de una banda de sicarios o de venganzas generadas por grupos de narcotráfico que suelen usar barcos pesqueros para el transporte ilegal de drogas.
El tiroteo en el puerto pesquero de Esmeraldas se dio en un momento en que resuenan a diario los casos de asesinato, asaltos y extorsiones en varias ciudades del país, agobiado desde hace un par de años con una oleada de inseguridad y la aparición de bandas de delincuentes, que han rebasado incluso el control de las fuerzas del orden.
Asimismo, el hecho se ha producido en un momento en que la Asamblea Nacional (Parlamento) tramita un juicio político de censura contra el presidente del país, el conservador Guillermo Lasso, acusado por la oposición política de peculado (malversación), pero que también lo responsabiliza de la ola de inseguridad en el país.