SÍDNEY.- Al menos dos personas han muerto a raíz de los incendios forestales que arden desde hace días en el estado de Queensland, en el noreste de Australia, que han calcinado 16 viviendas y unas 11.000 hectáreas de terrenos, informan este jueves las autoridades del país oceánico.
En la localidad rural de Tara, a unos 300 kilómetros al oeste de la ciudad de Brisbane y una de las más afectadas por los incendios, un hombre murió calcinado al intentar proteger su vivienda de las llamas, mientras una mujer septuagenaria pereció a consecuencia de un ataque cardíaco mientras era evacuada.
La Policía de Queensland precisó hoy a EFE que el fallecimiento de la mujer «no ha sido tratado como sospechoso y no se debe (directamente) a los incendios».
Las autoridades de Queensland continúan luchando contra decenas de incendios, tras controlar algunos de ellos y alcanzar esta semana alrededor de un centenar de focos, que han arrasado un área poco más grande que la que ocupa la ciudad de Barcelona.
Por su lado, las autoridades del estado de Nueva Gales del Sur, colindante al norte con Queensland, informaron hoy que luchan contra decenas de incendios forestales, muchos de ellos cerca de la frontera que separa ambas jurisdicciones.
«Aunque las condiciones han mejorado durante la noche, se han detectado rayos. Los equipos ya han respondido a varios incendios que se cree que han sido provocados por rayos«, alertó hoy el Servicio Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur en X (antes Twitter), donde un hombre murió la semana pasada por los fuegos.
Australia, cuya temporada de incendios forestales comienza en la costa este normalmente en noviembre, se enfrentará este año a un clima más seco del habitual debido al El Niño, un fenómeno natural provocado por las corrientes en el océano Pacífico que, agravado por el calentamiento global, podría ocasionar devastadores desastres.
Australia sufrió un «verano negro» de 2019-2020, cuando 33 personas perdieron sus vidas a consecuencia de una ola de calor que provocó decenas de incendios forestales que calcinaron unos 24 millones de hectáreas (equivalente a casi el tamaño de Reino Unido) y afectaron a unos 3.000 millones de animales en la costa este del país.