Redacción Internacional.- Un pequeño avión privado se estrelló esta tarde sobre un edificio vacío ubicado entre en el municipio de San Donato Milanese (Milán) y la capital lombarda, muriendo las ocho personas que viajaban a bordo: el piloto, el copiloto, cinco adultos y un niño.
El avión, un Pilatus PC-12, matriculado en Rumanía, había despegado poco antes del aeropuerto milanés de Linate y se dirigía a Olbia (Cerdeña). Se precipitó a 156 kilómetros por hora sobre un edificio de dos plantas en remodelación, utilizado como oficinas y aparcamiento de autobuses, que se incendió. «El avión tenía el motor en llamas y cayó en picado», contó Andrea, un joven testigo del accidente.
Poco después de su despegue, sobrevoló decenas de edificios habitados de un barrio de San Donato Milanese, registrando ya algún problema mecánico, con descenso de cota. A las 13:07:40 su velocidad era de 293 kilómetros por hora y 1.631 metros de altitud, dos segundos después la altitud bajó a 1.615 y la velocidad saltó a casi 303 kilómetros. Dos segundos después bajó otros 52 metros.
Los expertos consultados por medios italianos explican que es pronto aún para conocer las causas exactas de la tragedia. Una primera hipótesis apunta a una avería del único motor, que se podría haber parado. El piloto podría haber intentado regresar al aeropuerto de Linate, según confirman los últimos metros recorridos por el avión.
A causa de la enorme columna de humo que se levantó tras el accidente, se suspendieron durante diez minutos los despegues y aterrizajes en el aeropuerto de Linate.
Fuente: ABC.es