Alca, el rapero y surfista sin piernas que construye su camino

Su marcha a Colombia desde Venezuela tras su reciente paternidad ha sido el enésimo reto en su vida. “En el momento en que me enteré que iba a ser padre, tuve que venir a Colombia”, relata. Como cerca de un millón de venezolanos, ha emprendido un duro viaje en busca de oportunidades.

REDACCIÓN.- Alca. Ese es el nombre por el que se conoce a Alfonso Mendoza, un joven venezolano empeñado en superar barreras con una firmeza y capacidad de lucha encomiables. Alca es una contracción de las primeras letras de su nombre y las de la palabra ‘camino’. Una metáfora de su vida. Sus padres lo abandonaron recién nacido y su abuela lo cuidó durante nueve años, hasta que ella murió. Un revés más que tuvo que superar en un viaje lleno de obstáculos, pero también logros.

Su marcha a Colombia desde Venezuela tras su reciente paternidad ha sido el enésimo reto en su vida. “En el momento en que me enteré que iba a ser padre, tuve que venir a Colombia”, relata. Como cerca de un millón de venezolanos, ha emprendido un duro viaje en busca de oportunidades. “Me vine como ilegal, igual que mi esposa. Fue duro por la guerrilla (colombiana) y por la Guardia Nacional de Venezuela”, explica Alca en una entrevista con AFP.

Alca. Ese es el nombre por el que se conoce a Alfonso Mendoza, un joven venezolano empeñado en superar barreras con una firmeza y capacidad de lucha encomiables. Alca es una contracción de las primeras letras de su nombre y las de la palabra ‘camino’. Una metáfora de su vida. Sus padres lo abandonaron recién nacido y su abuela lo cuidó durante nueve años, hasta que ella murió. Un revés más que tuvo que superar en un viaje lleno de obstáculos, pero también logros.

Su marcha a Colombia desde Venezuela tras su reciente paternidad ha sido el enésimo reto en su vida. “En el momento en que me enteré que iba a ser padre, tuve que venir a Colombia”, relata. Como cerca de un millón de venezolanos, ha emprendido un duro viaje en busca de oportunidades. “Me vine como ilegal, igual que mi esposa. Fue duro por la guerrilla (colombiana) y por la Guardia Nacional de Venezuela”, explica Alca en una entrevista con AFP.

Acaba de ser padre a los 25 años

De momento, vive en una casa en Barranquilla, al lado de un local destinado a peleas de gallos. Batallas que también representan su capacidad para enfrentarse a cada adversidad sin desfallecer. Una agenesia femoral atrofió el desarrollo de sus miembros inferiores. Un mal congénito que no ha impedido que demuestre su talento en varias disciplinas. En patinete, sobre una tabla de surf o enseñando sus aptitudes musicales entonando rimas como rapero.

La música se ha convertido en su principal fuente, tanto de inspiración como económica. Un salvavidas que cuando era un adolescente le sacó del pozo. “Los niños me metían en las papeleras o me encerraban en los baños”, explica sobre sus primeras experiencias encima de la silla de ruedas. Con el tiempo, empezó a sustituir la silla por el patín y a encontrar nuevas formas de seguir avanzando en su camino.
Alca. Ese es el nombre por el que se conoce a Alfonso Mendoza, un joven venezolano empeñado en superar barreras con una firmeza y capacidad de lucha encomiables. Alca es una contracción de las primeras letras de su nombre y las de la palabra ‘camino’. Una metáfora de su vida. Sus padres lo abandonaron recién nacido y su abuela lo cuidó durante nueve años, hasta que ella murió. Un revés más que tuvo que superar en un viaje lleno de obstáculos, pero también logros.

Su marcha a Colombia desde Venezuela tras su reciente paternidad ha sido el enésimo reto en su vida. “En el momento en que me enteré que iba a ser padre, tuve que venir a Colombia”, relata. Como cerca de un millón de venezolanos, ha emprendido un duro viaje en busca de oportunidades. “Me vine como ilegal, igual que mi esposa. Fue duro por la guerrilla (colombiana) y por la Guardia Nacional de Venezuela”, explica Alca en una entrevista con AFP.

Fuente: La Vanguardia