Ubicada en el centro de Europa y con alrededor de 83 millones de habitantes, Alemania es una nación que, por muchos motivos, es considerada el motor de este continente. En este momento, la brisa fresca del otoño mueve todos sus árboles; los despoja de sus hojas, formando en el suelo una alfombra de variados colores. Sin embargo, nada detiene los alemanes de su rutina; acostumbrados a los cambios climáticos y bien abrigados, se desplazan a las diferentes áreas de trabajo, estudio u otros quehaceres.
Esta nación es digna de ser conocida, imitada y respetada; basta observar su naturaleza bien cuidada, sus vías de transportes definidas, sus monumentos, edificaciones, museos, que narran su historia, pero sobre todo el desarrollo económico, social, cultural y ¡el comportamiento disciplinado de la población! Todo habla del respeto a las leyes, normas, de institucionalidad, clave para la seguridad de la nación. La he visitado muchas veces; cada vez me fascina más. Las directrices, actitudes y acciones que enseñan sus gobernantes parecen decir, que, si aprendemos a organizarnos y a respetar, el mundo será mejor, tendremos más espacio para ser felices y vivir en paz. El alemán, con sobriedad, trabaja su YO interior y el de la nación, para alcanzar esa meta.
Alemania, es un país con atracciones medievales y modernas producto de su trabajo creador. Su principal atractivo son grandes obras arquitectónicas que van desde castillos, fortificaciones, templos, catedrales de épocas pasadas, varias de ellas, considerada por la UNESCO, patrimonio cultural de la humanidad.
Sin embargo, todo en esta nación es digno de conocerse; llevan lecciones positivas; se puede comenzar caminando por sus ciudades: Berlín, Hamburgo, Munich, Colonia, Francfort, etc.., aunque la mayoría de los turistas prefieren lugares históricos, como la Catedral de Colonia, construida en un periodo de 500 años del 1248 al 1880, cuenta con once campanas, majestuosa; la Puerta de Brandeburgo, un monumento de piedra, estilo neoclásico, con un ancho de 65.5 metros y una altura de 26 metros; el Palacio Nacional ; la Casa de Goethe, que fuera residencia del famoso escritor; el East Side Gallery, donde en 1989 el pueblo alemán derribó el muro construido en 1961 por el gobierno de Alemania oriental para separar los sectores Este y Oeste de Berlín. De la demolición se salvó 1.3 Kms. Convertido en un Museo de pintura al aire libre, especialmente murales, considerado el más largo del mundo. Las obras ¡espectaculares! fueron realizadas por artistas famosos del mundo. De la demolición, guardo pequeños pedazos, que obtuve en uno de mis viajes.
Aunque no son lugares turísticos, en esa nación es interesante conocer los asilos para adultos mayores, son acogedores, dignos de imitarse; así como los cementerios, parecen jardines botánicos llenos de variados árboles y flores, con un pequeño mural que define el espacio del ser querido, con bancos; son como parques hermosos que invitan a leer y descansar.
Indiscutiblemente, Alemania está entre los países de mejor calidad de vida; donde vale la pena pagar impuestos; lo devuelven con intereses buscando el bienestar de la población; facilitándoles techos, trabajos, estudios y alimentos seguro, a niños, jóvenes y adultos. A mi juicio, esta nación es un modelo de cómo encaminarse al desarrollo integral, enfatizando el orden, la disciplina, el respeto a las leyes, desarrollando talentos, buscando la seguridad nacional y hasta mundial.
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